Tres años después de caer derrotado en esta misma montaña, Tadej Pogacar ha vuelto a Hautacam para ajustar cuentas con la historia. El esloveno ha exhibido su mejor repertorio en la ascensión reina de los Pirineos, donde ha atacado a 12 kilómetros del final para imponerse en solitario y marcar un antes y un después en esta edición del Tour de Francia. Además de sumar su vigésima victoria de etapa en la ronda francesa, ha recuperado el maillot amarillo y ha dejado a sus rivales a minutos de distancia.

Su actuación ha sido una declaración de intenciones. Ni la caída del día anterior ni el recuerdo de aquella derrota de 2022 ante Vingegaard han frenado a un Pogacar decidido a escribir su propio relato. Esta vez, el danés no ha podido responder. Ha llegado segundo, a más de dos minutos, y ve cómo su gran rival lo aleja a más de tres minutos y medio en la clasificación general.

Una etapa con ritmo de vértigo

La jornada ha empezado desde Auch con un emotivo homenaje a Nicolas Portal y una escapada masiva de más de 50 ciclistas que ha dinamizado las primeras horas. Entre los más activos, el francés Bruno Armirail, que ha brillado en su casa con más de 150 kilómetros a la ofensiva. Ineos también ha jugado fuerte, colocando hasta cinco hombres al frente para dar apoyo a Carlos Rodríguez.

La velocidad ha sido frenética, con una media de casi 52 km/h en la primera hora. A medida que la ruta avanzaba hacia los puertos de montaña, los corredores han ido quedando seleccionados de forma natural, dejando solo los más fuertes a delante. En la Col de Soudet se han caído hombres como Ben Healy —hasta ahora líder de la general— y Enric Mas, y el grupo de favoritos se ha reducido drásticamente.

Narváez y Yates preparan el terreno

Cuando la carrera se encaraba hacia Hautacam, el trabajo de los gregarios ha sido clave. El UAE ha activado el plan definitivo con Jhonatan Narváez y Adam Yates marcando un ritmo infernal que ha dejado tocado Vingegaard. El ataque final de Pogacar ha sido devastador: 12 kilómetros de ascenso en solitario a un ritmo imparable. Vingegaard ha intentado aguantar, pero la diferencia se ha hecho insalvable.

Remco Evenepoel también ha sufrido un revés importante. Tercero el año pasado, hoy ha cedido más de tres minutos y medio y se aleja de las opciones de podio. El gran beneficiado ha sido Florian Lipowitz, tercero en la carrera y ahora cuarto en la general.

Una victoria que hace historia

La conquista de Hautacam no es una victoria cualquiera. Es un puñetazo en la mesa. Es la tercera etapa que gana Pogacar, pero también es un mensaje claro: él quiere reinar en París. En las puertas de la contrarreloj de Peyragudes, la distancia con los rivales es considerable y, si nada se tuerce, el Tour parece cada vez más cerca de volver a las manos del ciclista esloveno.