La Federación Internacional de Pádel (FIP) ha sido excluida de la lista de federaciones invitadas a presentar sus propuestas para la cita olímpica de Los Ángeles 2028 y tendrá que esperar al menos una década, hasta los juegos de 2032 en Brisbane (Australia), para convertirse en disciplina olímpica. El squash, el kárting eléctrico, el 'football flag', el 'softball' o el 'lacrosse' han sido las invitadas a presentar su propuesta para 2028.
Luigi Carraro, presidente de la FIP, afirmó en noviembre de 2018, cuando accedió al cargo, que su objetivo era que el pádel estuviera presente en los Juegos Olímpicos de París de 2024. "Nuestro camino es serio, lineal y concreto", aseguraba entonces.
Nieto e hijo de sendos presidentes del AC Milan, Luigi Carraro no dudó en recurrir a los viejos contactos familiares –especialmente en el seno de los Comités Olímpicos nacional (CONI) y Europeo (EOC)– para conseguir su objetivo. La estrecha relación entre su padre Franco Carraro, presidente del CONI entre 1978 y 1987, y su antiguo secretario personal y actual secretario general del EOC, Raffaele Pagnozzi, hizo posible la inclusión del pádel en el programa de los Juegos Europeos de 2023 en Polonia.
Este logro fue celebrado por todo lo alto desde la FIP y el propio Luigi Carraro lo señaló en abril de 2021 –días antes de su reelección como presidente– como el último peldaño previo a la entrada de esta disciplina en el programa olímpico de los próximos Juegos de verano en París. “Si esto se consigue, sería muy probable que el pádel fuese olímpico en 2024”, declaró entonces el italiano, a pesar de que meses antes, en diciembre de 2020, el COI ya había confirmado al skate boarding, la escalada, el surf y el break dance serían los nuevos deportes olímpicos en la cita francesa.
Aquella promesa no se cumplió, y ahora la historia se repite, mientras Carraro verá cumplido su segundo mandato al frente de la FIP. Varios actores de peso dentro del sector coinciden en que la visión "presidencialista" del italiano ha sido “uno de los principales motivos” que han acabado por perjudicar los intereses olímpicos del pádel. Especialmente, a raíz del conflicto originado con la creación de la serie de torneos Premier Padel, impulsados desde la propia FIP con el patrocinio del fondo catarí QSI.