El FC Barcelona empieza a impacientarse con la renovación de Frenkie de Jong. El centrocampista neerlandés, pieza clave para Hansi Flick, finaliza contrato en junio de 2026, pero el club quiere resolver su futuro antes. Las conversaciones con su entorno se han intensificado en los últimos meses, aunque el acuerdo definitivo aún no se ha cerrado, y ese retraso ha encendido las alarmas en la dirección deportiva.
Deco, director deportivo azulgrana, ya ha fijado una fecha límite: diciembre de 2025. A partir de enero, si no hay renovación, De Jong podría negociar libremente con otros clubes de cara a la temporada 2026/27. Un escenario que el Barça quiere evitar a toda costa, tanto por motivos deportivos como económicos. Frenkie llegó como uno de los fichajes más caros de la historia del club y dejarle salir libre supondría un varapalo difícil de digerir en los despachos.
Buena voluntad… pero sin firma
Desde el entorno del jugador siempre se ha transmitido que la prioridad de De Jong es seguir en el Barça. El neerlandés está a gusto en la ciudad, se siente importante en el equipo y cree que aún tiene mucho que aportar. Sin embargo, esa voluntad no se ha traducido en avances concretos en la negociación.
Parte del problema tiene que ver con la situación financiera del club. De Jong sigue siendo uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla, con un salario heredado del contrato que firmó en tiempos de Bartomeu. El Barça quiere renovar al jugador pero también ajustar sus condiciones salariales, adecuándolas al nuevo marco económico. Y ese es uno de los puntos que más está frenando el acuerdo.
Flick lo considera clave
Pese a las dudas desde los despachos, en el cuerpo técnico no hay debate: Frenkie es intocable. Hansi Flick lo considera fundamental en su esquema, tanto por su salida de balón como por su experiencia en el centro del campo. El alemán ha trasladado a Deco su deseo de contar con él más allá de 2026, y esa presión interna también influye en la postura del club.
Aun así, Deco lo tiene claro: no se puede esperar indefinidamente. El Barça necesita tener claridad para planificar el futuro, y si en los próximos meses no hay un acercamiento real, no se descarta que el club empiece a valorar otros escenarios.
Por ahora, todas las partes mantienen una actitud constructiva, pero el reloj corre. Y en el Barça, ya lo han dicho claramente: la paciencia con De Jong tiene fecha de caducidad.