Desde hace más de una década, Arabia Saudí, por medio de su príncipe heredero, Mohammed bin Salman, está liderando una ofensiva para hacer del país asiático la nueva meca del deporte. Para hacerlo, está invirtiendo una cantidad de dinero desmesurada que no les falta y que los permite llevar a sus nuevas instalaciones los acontecimientos deportivos mayores del mundo. Y dentro de todos estos deportes, lo que más atrae al príncipe saudí es, naturalmente, lo que mueve más masas: el fútbol. Por este motivo, desde hace bastantes años, no paremos de ver noticias que relacionan una inversión multimillonaria con el 'deporte rey'.

La más estrambótica de ellas, ha sido el fichaje de Cristiano Ronaldo, que después de abandonar el Manchester United, ha fichado por el Al-Nassr, el segundo equipo histórico de la Arabia Saudí, ofreciéndole un contrato histórico de 200 millones de euros. Pero antes de todo eso, han existido los contratos con las federaciones españolas e italianas que han obligado a sus equipos a celebrar sus Supercopas en Riad y en unas fechas invernales, o la compra de un equipo histórico de la Premier League: el Newcastle United. Y ahora, han celebrado el nuevo capricho de Bin Salman, un partido entre un conjunto de estrellas de la Liga Saudí capitaneado por Cristiano Ronaldo y el PSG de Leo Messi.

Messi y Cristiano Ronaldo en acción / Foto: EFE
Messi y Cristiano Ronaldo en acción durante su último partido / Foto: EFE

Messi, Cristiano y Mbappé, las estrellas de un partido lleno de goles

En cuanto al partido, el duelo ha sido de un ritmo muy bajo. Mientras que el Paris Saint-Germain ha afrontado el duelo con una perspectiva de amistoso para acabar de preparar y coger sensaciones de cara al segundo tramo de temporada, el equipo de Cristiano Ronaldo ha saltado al terreno de juego con ganas de demostrar que su nuevo líder llegaba a una liga competitiva. Pero a pesar de eso, el duelo ha sido muy desequilibrado. Sobre todo en los primeros minutos, cuando Messi ha adelantado al conjunto parisino en el marcador.

A pesar de eso, la respuesta del combinado saudí ha sido de orgullo y capitaneados por un Cristiano que no quería fallar tampoco a su cita con el gol han competido hasta el final. Eso sí, el árbitro ha tenido parte de culpa en eso, ya que ha expulsado, de manera rigurosa, a Juan Bernat y ha regalado un penalti que ha convertido el crac lusitano, que ha acabado el duelo ganando "2-1" el avarage particular de goles con Leo Messi. Con todo este contexto, el duelo ha acabado con una cascada de gol que ha indicado el 5-4 en el marcador favorable a los galos. 

Mucho más que un partido lleno de estrellas para Arabia Saudí

Ahora bien, este último capricho del príncipe heredero en el trono saudí consiste en un proyecto que va mucho más allá de impulsar el deporte en su país. Y es que Bin Salman quiere amparar el deporte para mejorar y lavar su imagen hacia el exterior y ya se han gastado más de mil millones para hacerlo. Y los que quedan con el fin de encubrir una de las dictaduras más herméticas del mundo que han elaborado, incluso, un documento de 236 páginas de la Visión 2030 que detalla el plan de organizar 45 acontecimientos deportivos de máximo nivel, la construcción de casi 5.000 instilaciones deportivas y el sueño de igualar Qatar el año 2030.