El ascenso del Girona tendrá que esperar. El Nàstic de Tarragona ha remontado el gol primerizo de Maffeo y ha frustrado la primera de las tres balas del Girona para conseguir el anhelado ascenso. Los tarraconenses suman tres puntos de oro que les permiten salir de la zona de descenso.

La noche y el día; unos en el cielo y los otros en el infierno. En un partido que enfrentaba a dos equipos catalanes con situaciones claramente opuestas, los gerundenses querían tocar la gloria al mismo tiempo que en Tarragona se tenían que confirmar con la condenación. Si el sueño de los primeros se hacía realidad iba a provocar una pesadilla al Nàstic, de la que solo tenían dos jornadas para despertar. No era día para regalar puntos.

Media parte en Primera

Pablo Maffeo solo ha necesitado 35 segundos para intentar acabar con 86 años de historia sin pisar la Primera División. El lateral derecho ha tirado de empuje y orgullo para chutar con todas sus fuerzas e introducir el remate cruzado en la portería local. El Girona quería asustar a todos los fantasmas de los ascensos frustrados en las últimas temporadas y no ha negociado otra forma de culminar la temporada.

Con la tranquilidad de saber que el empate también les servía para conseguir el soñado objetivo, los de Pablo Machín se han permitido el lujo de tantear a un rival muy necesitado de sumar. El Nàstic, mucho más impetuoso que acertado, ha intentado dar la vuelta al marcador; pero lo ha hecho con muy más ganas que fútbol, y solo en una buena ocasión de Muñiz ha puesto en dificultades a Yassine Bounou. Y el marroquí también tenía claro que se lo dejaría todo sobre el césped del Nou Estadi.

Remontada tarraconense

Pasaban los minutos y crecía el sentimiento de impotencia entre los jugadores tarraconenses, que veían que no conseguían ni hacer cosquillas a su contrincante a pesar del dominio. Y el Girona lo ha intentado aprovechar, pero tampoco ha acabado de estar fino en los últimos metros. La señal, por parte del árbitro, del camino de los vestuarios ha sido una buena noticia que ambos clubs, y sobre todo el local, han agradecido.

Y es que la salida del Nàstic en la reanudación ha cambiado los protagonistas y el guión del partido: no había pasado ni un cuarto de hora y el marcador ya era favorable a los locales. Manu Barreiro, de cabeza, y Uche, con un potente disparo desde fuera del área, han remontado el gol inicial de Maffeo y han vuelto a poner el miedo en el cuerpo de los jugadores del Girona.

Tocados, pero no hundidos

La reacción no ha llegado y, aunque quedaba tiempo, el sofoco del infierno ha pesado más que la voluntad de tocar el cielo. El Girona no ha conseguido crear peligro suficiente y, por el contrario, Ikechukwu Uche ha vuelto a ver portería después de un rechace de la defensa visitante. Media vuelta y sentencia final.

La mala noticia para unos son tres puntos muy valiosos para los otros. Tarragona empezó la jornada viendo cómo su equipo estaba en la zona de descenso y la finalizará fuera de esta. Y aunque todavía quedan dos jornadas a vida o muerte, ver la luz al final del túnel siempre va bien para seguir creyendo.

Todavía no están olvidados el despropósito contra el Lugo y la decepción de ver cómo se cierra la puerta del ascenso en el último momento. El Girona solo tiene que sumar un punto de los seis que le quedan, y los partidos contra Zaragoza y Córdoba se han convertido en dos finales. A menudo se dice que unas veces se gana y otras se aprende; después de cuatro años de duro aprendizaje y tres intentos frustrados, el sueño todavía no se hace realidad. La Primera División tendrá que seguir esperando.