El número uno del mundo, el manacorense Rafa Nadal, se ha mostrado encantado de la posibilidad de poderse enfrentar al serbio Novak Djokovic en el Barcelona Open Banc Sabadell que empieza este lunes. "Novak es uno de los mejores de la historia y que pueda venir aquí a jugar es una noticia muy buena para Barcelona y para el torneo en sí. Los espectadores y los amantes de nuestro deporte lo agradecerán. Supongo que para sus rivales -entre los que se incluye- es una noticia peor, pero para todos los otros es la mejor noticia posible", ha afirmado.

Después de ganar este domingo su undécimo título en Montecarlo, Nadal ha acudido esta mañana en las pistas del RCT Barcelona-1899, donde ha atendido la prensa en la previa del torneo. El manacorense aspira también a su undécimo título en la capital catalana, pero esta vez, al 'reino de Nadal' se ha colado como invitado Djokovic, el único tenista del cuadro con el cual tiene un balance negativo de victorias-derrotas (24-26).

El de Belgrado, ganador de 12 Grand Slams, entre ellos Roland Garros 2016, y de 13 torneos en tierra batida, vuelve a Barcelona doce años después de disputar su primer y único torneo en Barcelona con el objetivo de relanzar su carrera después de ser operado del codo derecho a principio de este año. Después de caer a las primeras de cambio en Miami y Indian Wells y en octavos de final de Montecarlo, el actual número 13 del ATP ha decidido aceptar la invitación del torneo.

"Que viniera Novak sabía que era una posibilidad habiendo competido relativamente poco. Si yo hubiera estado en su lugar, creo que habría hecho lo mismo", ha comentado al respecto Nadal, quien podría cruzarse con Djokovic en cuartos de final. El balear ha admitido que esta edición del abierto barcelonés, con cuatro 'top-ten' y cinco jugadores más entre los veinte primeros del ranking mundial, es una de las mejores de la historia, pero no le sorprende.

"El cuadro es muy bueno, pero no es la primera vez. Es el Open 500 del suelo más importante del mundo y un torneo con una historia y un prestigio que hace que muchos jugadores quieran estar aquí", ha destacado. Lo que sí ha reconocido Nadal es que este año tendrá un camino hasta la final, con más espinas, que en ediciones anteriores pues considera "especialmente duro" su lado del cuadro.

Y es que después de debutar este miércoles contra el ganador del partido entre el español Roberto Carballés y el austríaco Andreas Haider-Maurer, tendrá unos posibles octavos enfrente de un bicampeón del torneo como el japonés Kei Nishikori. En cuartos tendría a Djokovic; en semifinales contra el belga David Goffin, décimo jugador del ranking mundial; y una teórica final ante el búlgaro Grigor Dimitrov, quinto jugador de la ATP y la mejor raqueta de la parte baja del cuadro.

Afrontará estos retos, eso sí, después de volver a jugar a un gran nivel en Montecarlo y empezar, una vez más, de manera triunfal la temporada europea sobre tierra. "La de Montecarlo ha sido una semana muy buena. He continuado con las buenas sensaciones que tuve semanas atrás en Valencia (en los cuartos de final de la Copa Davis), he conseguido otro título en un Master 1.000 y además ha sido el primer acontecimiento del año que acabo sin lesión y para mí eso también es una noticia muy positiva", ha indicado.

No obstante, el 'rey de la tierra', ha opinado que "es cierto que soy el que más títulos ha ganado, pero no soy yo a quien tengo que decir si soy el mejor de la historia en esta superficie", y sabe que haber ganado de nuevo el abierto monegasco no le garantiza repetir en Barcelona. "Cada torneo es una historia diferente. Llegar aquí con la confianza en haber jugado bien en Montecarlo siempre es positivo, pero no garantiza absolutamente nada. El pasado, pasado es y esta es una nueva semana", ha concluido.