Carmen Valero ha fallecido en la madrugada de este martes a la edad de 68 años. La doble campeona del mundo de campo a través, en 1976 y 1977, y primera atleta olímpica española, estaba ingresada en cuidados intensivos desde la semana pasada después de sufrir un derrame cerebral que le ha causado la muerte, según ha informado la Real Federación Española de Atletismo.

Valero nació en la localidad turolense de Castelserás el 4 de octubre de 1955, aunque muy pronto se trasladó a Cataluña, fijando su residencia en Sabadell, donde ha fallecido. "Me siento medio catalana y medio maña", dijo en diferentes ocasiones. La atleta fue una figura clave en el deporte femenino en España, galardonada con la Medalla de plata al mérito deportivo por el Consejo Superior de Deportes.

Una mujer que cambió la historia

Valero fue la primera mujer en competir en unos Juegos Olímpicos, en Montreal 1976, donde compitió en 800 y 1.500 metros. En su palmarés también figuran quince campeonatos de España de pista en distancias como los 3.000 y 5.000 metros y estos dos campeonatos del mundo de campo a través de 1976 y Düsseldorf 1977, siendo 25 veces internacional y plusmarquista nacional de los 800, 1.500 y 3.000 metros aquellos años.

"Hoy es un día muy triste, se nos hace imposible decir adiós a la mujer que transformó nuestra historia. Carmen fue un talento innato en medio de unas circunstancias casi imposibles para la mujer. Hoy somos lo que somos, gracias a ella. Nunca te olvidaremos", ha declarado Raúl Chapado, presidente de la Real Federación Española de Atletismo.

La niña que corría con un cascabel

Cuando era una niña de ocho años, Valero corría con un cascabel atado al tobillo para que sus padres pudieran saber dónde estaba mientras corría por las montañas de Cerdanyola, ya que solo pensaba en correr. Un pensamiento que no era aceptado en aquella época en España, donde el atletismo para las mujeres estaba prohibido porque para Pilar Primo de Rivera, jefe de la Sección Femenina de Falange, correr hacía que las mujeres parecieran hombres.

Conocedor del talento de su hija y de las dificultades que tendría para poder mostrarlo, su padre trasladó a toda la familia a Sabadell, donde Carmen empezó a entrenarse con la Juventud Atlética de Sabadell. A las órdenes de Josep Molins, su entrenador, allí empezó su exitosa carrera.