28 de abril del año 2010. El Barça, después de haber perdido el partido de ida de las semifinales de la Champions contra el Inter de Milán en San Siro por 3-1, afronta la vuelta con la esperanza de remontar y alcanzar la final del Santiago Bernabéu. En el Camp Nou, el equipo entrenado por José Mourinho plantea un sistema ultradefensivo, pero las cosas se empiezan en torcer parar los intereses italianos en el minuto 28, cuando Thiago Motta es expulsado por propinar un golpe con el brazo a Sergio Busquets.

Entonces, cuando Pep Guardiola llama a Zlatan Ibrahimovic para hablar con él sobre la línea de banda, Mourinho se acerca al técnico de Santpedor y le comenta algo al oído, protagonizando una de las imágenes del curso en el fútbol europeo.

Ahora, diez años después de aquellos hechos, Mourinho por fin ha revelado qué le dijo a Guardiola. En una entrevista en la Gazzetta dello Sport, el entrenador portugués ha explicado que simplemente le dijo "no monteis una fiesta porque el partido no ha acabado". Según Mou, los jugadores del banquillo del Barça celebraron la expulsión "como si ya hubieran ganado", motivo por el cual reaccionó.

Aquel partido se lo acabaría llevando el Barça por 1-0 con un gol de Gerard Piqué, pero el resultado fue insuficiente para culminar la remontada y alcanzar la final. Mourinho, enloquecido, se dedicó a dar vueltas sobre el césped para celebrarlo, de manera que el Barça activó los aspersores del campo para que él y su equipo se marcharan. En Madrid, su Inter se acabaría imponiendo por 2-0 al Bayern de Munich.