El Sevilla FC ha comenzado a mover ficha para reconstruir su proyecto deportivo de cara a la próxima temporada. Tras confirmar que Joaquín Caparrós solo dirigirá al equipo de forma interina, la dirección deportiva busca con urgencia al entrenador que tomará el timón del equipo de forma definitiva. Y uno de los nombres más potentes sobre la mesa es el de Míchel González, actual técnico del Girona FC.
La candidatura de Míchel no es nueva en el entorno de Nervión. Según varias fuentes cercanas al club, el técnico madrileño es el favorito de Víctor Orta, director deportivo sevillista, que considera que Míchel encarna el perfil ideal: joven, ambicioso y con proyección. Su gran labor al frente del Girona, donde ha logrado una histórica clasificación para la Champions League, ha llamado la atención de varios clubes, pero es el Sevilla quien se ha lanzado a por él con mayor decisión. Las primeras conversaciones ya han fluido, y el técnico, de momento, no ha cerrado puertas.

Míchel es el favorito para el nuevo proyecto del Sevilla
Las negociaciones ya estarían en marcha, aunque no serán sencillas. Míchel tiene contrato con el Girona y una cláusula de salida cercana a los 2 millones de euros. Además, todavía no ha cerrado del todo su ciclo en el conjunto catalán. Para el Girona, perder a su referente en el banquillo en plena planificación europea sería un golpe, pero Míchel no descarta que su etapa en Montilivi haya llegado a su punto final.
No obstante, no es el único candidato. En el Consejo de Administración del Sevilla, según recoge goldigital, hay otra figura que genera consenso: José Bordalás. Su perfil más experimentado y su pasado de éxitos con clubes modestos como el Getafe le convierten en una opción con peso. Con un estilo más físico y directo, Bordalás también ha logrado meter a su equipo en Europa en el pasado, y gusta por su capacidad de reacción en situaciones límite.

José Bordalás, en la recámara
Su etapa en el Getafe está dejando huella, y su estilo intenso y eficaz sería ideal para sacar al equipo de la dinámica negativa actual. Sin embargo, no goza del mismo respaldo dentro de la dirección deportiva.
La urgencia por cerrar un nuevo técnico viene acompañada por un contexto clasificatorio preocupante: el Sevilla está a solo cinco puntos de la zona de descenso, con apenas cinco partidos por disputarse. La tensión es máxima. Caparrós deberá actuar como auténtico bombero en las jornadas restantes para evitar una tragedia deportiva que complicaría cualquier proyecto a futuro.