A nadie se le escapa que Leo Messi tenía un poder increíble en el Barça. Era el responsable de tomar las decisiones más importantes, y se aprovechó de eso para conseguir renovaciones astronómicas, y hacer un equipo donde estaba rodeado de amigos. Por ejemplo, durante mucho tiempo consiguió retener a Luis Suárez o a Jordi Alba, pese a que se llegó a hablar sobre sus salidas. Y mientras todo iba bien, su relación con Josep María Bartomeu era perfecta.

Por desgracia, todo comenzó a fracturarse poco a poco, y eso desencadenó en su intento de salida en verano de 2020. Para entender cuando comenzó todo, hay que remontarse un par de años antes, cuando estaba todo apalabrado para fichar a Antoine Griezmann. En el Camp Nou estaban totalmente convencidos de que llegaría antes del Mundial de Rusia, donde salió campeón y tuvo un papel crucial para el éxito de su selección.

Pretendían aprovechar que su cláusula de rescisión era de 100 millones de euros para conseguir su contratación, pero todo sufrió un giro radical de última hora. Y es que, cuando únicamente quedaba la firma de su contrato, y el anuncio oficial, además de la pertinente revisión médica, ‘el Principito’ reculó y optó por renovar con el Atlético de Madrid. Una cosa que no hizo ni pizca de gracia al astro argentino, que exigió que se olvidaran de él.

Pero Bartomeu no lo hizo, y finalmente cerró su contratación en 2019, a cambio de 136 ‘kilos’, es decir, bastante más caro de lo que esperaban en un principio. Esto no gustó a Messi, que ya había tenido varias confrontaciones con el ex de la Real Sociedad, después de que éste llegara a afirmar que “comía en la misma mesa” que Leo y que Cristiano Ronaldo. Unas palabras que fueron consideradas como una falta de respeto.

El siete veces ganador del Balón de Oro y Griezmann tenían una relación pésima dentro y fuera del terreno de juego, y así quedó demostrado en las dos campañas que coincidieron. Casualmente, acabaron yéndose juntos, uno para firmar por el Paris Saint-Germain, y otro para ponerse de nuevo a las órdenes de Diego Pablo Simeone.

Xavi Hernández no quiere a Griezmann bajo ningún concepto

Sin embargo, mientras que de Messi se dice que puede regresar al Barça en junio, cuando finaliza su contrato en el Parque de los Príncipes, Griezmann tiene las puertas cerradas por completo. Xavi Hernández no lo quiere, y no tiene espacio en sus planes para el galo.

El problema es que en el Civitas Metropolitano tampoco se lo quieren quedar, y no ejercerán la opción de compra que tienen por él. Joan Laporta deberá de solucionar este problema, pues si ‘Grizzi’ vuelve, Leo no lo hará.