Diego Armando Maradona sigue siendo un ídolo por todas partes, y sobre todo en Argentina, a pesar de los lamentables episodios de su pasado reciente y no tan reciente. Pero en el último partido de la Primera División argentina ha sido especial para él.

Actualmente es el entrenador del Gimnasia y Esgrima La Plata, uno de los humildes de la máxima categoría del fútbol argentino, que se encuentra luchando por no bajar de categoría. Después de once jornadas de Liga es penúltimo con sólo 7 puntos, pero la pasada madrugada consiguió una merecida victoria contra Newell's Old Boys, el equipo que vio crecer a Leo Messi. Y recibió un caluroso recibimiento en el pre, durante y el postpartido.

Un contundente 0-4 contra uno de los aspirantes al título y Maradona ha tenido un nuevo reconocimiento. Volvió a casa, al estadio de Newell's, donde se retiró como futbolista en la temporada 1993/94.

La que fue su exafición lo recibió con cánticos y el club le dio varios regalos en un homenaje especial: una ilustración con sus hijas Dalma y Gianinna, un cuadro con su rostro y los colores de Newell's, una camiseta especial, y la cinta de capitán que le acercó Maximiliano Rodríguez. Una serie de detalles muy emotivos que hasta hicieron llorar al mismo Maradona.

Pero lo más espectacular de todo llegó cuando empezó el partido. Maradona no se sentó en el banquillo para dirigir a su equipo, sino que Newell's le preparó un trono dentro del área técnica para que pudiera disfrutar del partido, cómodo, aparte de dar indicaciones a sus jugadores.

El resultat fue una muy buena victoria y cogió un poco de aire para no caer en zona de descenso.