Nueva pole position para Charles Leclerc en el GP de Singapur de Fórmula 1. Esta es todavía más dulce que las anteriores para el monegasco, ya que, esta vez sí, el error grosero ha sido de Red Bull y no de Ferrari, tal como venía siendo costumbre. La planificación no ha estado del lado de Max Verstappen, que cuando venía en vuelta y volando — muy probablemente para asegurarse la primera plaza — se ha quedado sin combustible y no podrá salir desde más adelante que la octava plaza.

Escalarían posiciones Sergio Pérez hasta la segunda, Lewis Hamilton hasta la tercera y Carlos Sainz y Fernando Alonso hasta la cuarta y quinta, respectivamente. Cambio de dinámica con respecto a los errores de equipo que esta vez ha favorecido a Leclerc en su voluntad de retrasar el alieón de Mad Max hacia su segundo Mundial.

Condiciones bajas de grip,  resquicio a aprovechar para Fernando Alonso

Marina Bay sobre mojado y todo el mundo con los intermedios calzados desde que el cronómetro ha empezado a descontar tiempo a la Q1. La pista ha ido mejorando de manera gradual, pero lenta, y los primeros atrevidos en cambiar a las gomas blandas han sido los Aston Martin en la Q2. Apuesta arriesgada la del futuro equipo de Fernando Alonso. Era demasiado temprano para hacerlo. Sebastian Vettel y Lance Stroll han quedado fuera de la Q3 por las evidentes dificultades de adherencia, pero la gran sorpresa ha sido George Russell, que no ha podido calificar mejor que en el undécimo lugar, dejando a Mercedes sin uno de sus puntales para conseguir la pole.

Arrancaba, pues, la Q3 con Max Verstappen y los Ferrari como grandes candidatos a llevársela con un Alonso que ya había dejado su declaración de intenciones. Por el retrovisor de los tres favoritos, el Alpine del asturiano era el monoplaza que asomaba. El asfalto no dejaba de mejorar, dilapidando las dudas que tenía Charles Leclerc en el inicio de la última sesión de si volver a calzar los intermedios o apostar por los secos. En este limbo, Fernando Alonso es un as y lo ha vuelto a demostrar encabezando el electrónico en varias ocasiones.

Max Verstappen: "¿Pero de qué coño va esto?"

El tercer sector era la trampa. El resto del trazado estaba para los secos. No obstante, aprovechar al máximo hasta el último centímetro para acariciar los muros era obligatorio para el que quisiera convertirse en el poleman. Lo ha hecho Carlos Sainz en varias ocasiones sufriendo los latigazos de su monoplaza, pero a pesar de asumir los riesgos que se presentaban como necesarios a causa de una qualy tan ajustada, no ha conseguido calificar más que en el quinto lugar. Detrás de él, Alonso, que ha hecho creer hasta los últimos segundos con varias 'poles' virtuales.

Sea como sea, la imagen de la noche de Singapur la dejaría Verstappen. El neerlandés venía luchando contra viento y marea con un crono de pole casi segura, pero al encarar sus últimos giros, ha recibido órdenes de equipo de terminar la vuelta en el box: "¿Pero de qué coño va esto?" Decía incrédulo el líder del campeonato. No podía creer que tuviera que abortar una vuelta perfecta teniendo en cuenta las difíciles condiciones de la pista.

Enfado terrible del vigente campeón que encajaba Red Bull, pero la escudería energética le ha privado de terminar su última vuelta para evitar sobrepasar el límite mínimo de combustible en el coche establecido por el reglamento. Si la hubiera terminado, el monoplaza que luce el '1' no presentaría el mínimo estipulado de gasolina y sería relegado directamente al fondo de la parrilla. Verstappen, con todo, se ha librado de la sanción, pero no ha dejado de ceder ocho plazas a sus competidores más directos.