En el mundo del fútbol, un año da para mucho. El verano pasado, con la incorporación de Kylian Mbappé, el Real Madrid parecía destinado a ganarlo todo. Ya venía de conquistar la Champions League y el fichaje del crack francés tenía que ser el broche de oro de una plantilla completa en todos los sentidos. Sin embargo, quien ahora ha demostrado ser el mejor equipo del mundo es precisamente el Paris Saint-Germain, el equipo que se desprendió de Mbappé. Pocos auguraban este final de temporada. El único que, sin embargo, lo tenía claro desde un primer momento era un Luis Enrique que ha cumplido su palabra y ha creado un equipo invencible en París.

Luis Enrique y la mejora del PSG sin Mbappé

Y es que con la goleada ante Real Madrid (4-0), el PSG se ha consolidado como el rival a batir en todo el mundo. Faltará reafirmar el trabajo en la final contra el Chelsea, pero es indudable que este equipo es el que más en forma está del planeta. La cara visible de este proyecto es Luis Enrique, quien creyó en estos jugadores en todo momento. Prueba de ello son las declaraciones que ofreció en su documental en el cual se vivía desde dentro la pasada campaña del Paris Saint-Germain.

En los capítulos finales, Luis Enrique aseguró que "Mbappé era un jugador que se movía por donde quería. Eso implica que hay situaciones de juego que yo no controlo, ahora las controlaré todas, sin excepción". Unas palabras que ahora tienen todo el sentido del mundo si se analiza cómo juega este PSG. Es evidente que también tiene estrellas mundiales, pero ninguna tan anárquica como el actual futbolista del Real Madrid. El combinado francés brilla tanto por sus individualidades como por su funcionamiento coral. De hecho, sin este último punto sería imposible ver este nivel de juego, que roza la excelencia ofensiva y defensiva.

La lección de Luis Enrique a Mbappé

En el mismo documental citado anteriormente, Luis Enrique también tiene una conversación con Kylian Mbappé en la cual le explica el rol que tiene que tener en el equipo, haciendo énfasis en que se tiene que convertir también en un líder sin pelota, para contagiar a sus compañeros a presionar. El día que no atacas tienes que ser el mejor jugador del planeta defendiendo. Tienes que dar este ejemplo. Eso es ser Michael Jordan", le explicó el entrenador asturiano a la estrella parisina.

Luis Enrique tenía claro que si Mbappé quería ser el mejor del mundo, tenía que sacrificarse también defensivamente. Tenía que ser un ejemplo. Sin embargo, el francés no cumplió con su parte. Tampoco el Real Madrid, donde ha quedado demostrado que una constelación de estrellas no siempre es garantía de victorias. En cambio, quien parece haber entendido eso es Ousmane Dembélé, convertido en el líder indiscutible del PSG. Porque aparte de todos los goles y las asistencias que ha hecho este curso, Dembélé ha sido el primero en presionar siempre. Prueba de ello es el gol que marcó contra el Real Madrid, robando una pelota cerca del área de Courtois. Ahora el 10 del PSG es favorito para ganar el Balón de Oro, mientras el 9 blanco continúa lejos de optar a este galardón. Luis Enrique tenía razón.