Kilian Jornet ha compartido, días después de completar su último reto, cómo fue realmente la experiencia extrema de “States of Elevation”, una travesía inédita que lo llevó a ascender 72 cumbres de más de 4.000 metros en Estados Unidos en solo 31 días. En una entrevista en El Larguero de la Cadena SER, el atleta catalán ha confesado que cada jornada era una auténtica prueba de supervivencia: “Cada día era como hacer una etapa del Tour de Francia y correr una maratón en montaña". 

"Mi cuerpo no respondía..."

El proyecto, que Jornet completó entre el 3 de septiembre y el 4 de octubre, combinó 5.145 kilómetros y más de 123.000 metros de desnivel positivo, alternando bicicleta y carrera a pie. El inicio, sin embargo, no fue nada fácil. Jornet llegó a Colorado con jet-lag y tuvo que adaptarse al aire seco y a la altitud extrema: “La primera semana realmente iba mal, mi cuerpo no respondía y tuvimos muy mal tiempo… De los 31 días, 15 fueron con lluvia, nieve o tormentas". Con el paso de los días, su cuerpo se adaptó hasta el punto de sentir que podía continuar indefinidamente. Aun así, el esfuerzo llegó a límites impensables: “Las tiradas más largas que he hecho sin dormir son de más de 50 o 60 horas".

El catalán reconoce que tuvo que luchar constantemente contra la fatiga y el clima: “Era una lucha constante contra el cansancio y la meteorología, pero también una manera de aprender hasta dónde puede llegar el cuerpo". La aventura tuvo un pequeño equipo de apoyo que resultó esencial para la logística y la documentación del reto: “Éramos un equipo de cinco personas con una furgoneta: tres fotógrafos y videógrafos y otra persona para la logística, conducir, preparar comida, limpiar la bici… Sin ellos habría sido imposible".

El momento más delicado llegó en el Mount Rainier, la última cima del recorrido, donde Jornet se encontró con nieve reciente y pasos técnicos que le hicieron dudar en llegar al final: “Nunca he querido morir en la montaña. Puede ser poético llegar hasta el final y no poder acabar porque la montaña no está en condiciones". Más allá del reto deportivo, Jornet ha remarcado la importancia de la prudencia y la gestión del riesgo, así como su preocupación por la masificación de montañas como el Everest: “Hay mucha gente que sube sin la preparación necesaria y pone en riesgo su vida y la de los guías. Sería importante empezar a buscar regulaciones". Durante “States of Elevation”, la Kilian Jornet Foundation impulsó actividades de concienciación ambiental con charlas y jornadas de restauración de senderos en varios puntos del país. Todo ello, para reforzar una idea clave de su mensaje: “La emoción no depende del nombre de la cima. Es igual en Montserrat, en Peñalara o en la sierra que tengas a una hora de casa".