Julián Álvarez fue uno de los grandes protagonistas de la temporada 2024-2025 en LaLiga, tras su traspaso al Atlético de Madrid desde el Manchester City. Bajo las órdenes de Simeone, el delantero argentino firmó su curso más completo en Europa, demostrando que su potencial va mucho más allá del rol secundario que tenía en el Etihad. Su evolución no ha pasado desapercibida para el FC Barcelona, que sigue buscando un relevo natural para Robert Lewandowski, cuyo contrato expira en junio de 2026.

Con 25 años, Álvarez representa una opción atractiva: experiencia internacional, mentalidad ganadora y capacidad de adaptación táctica. Su nombre ya está encima de la mesa en la dirección deportiva del Barça de cara a la temporada 2026-2027. No obstante, el cuerpo técnico no tiene claro que su perfil encaje con las necesidades ofensivas del equipo en este nuevo ciclo post-Lewandowski.

Julián Álvarez polémico penalti Real Madrid
Julián Álvarez polémico penalti Real Madrid

Un delantero fiable, pero sin desequilibrio individual

El debate no se centra en su talento, sino en su capacidad para ser determinante dentro del modelo azulgrana. En el Atlético, Julián ha brillado en un sistema que potencia la verticalidad, la presión intensa y las transiciones rápidas. Sin embargo, en el Barça, donde se exige un ‘9’ con más intervención en la elaboración, movilidad entre líneas y capacidad para generar ventajas con el balón, su encaje táctico genera dudas.

En especial, preocupa su poca capacidad de regate. Aunque es efectivo en la finalización y aporta trabajo sin balón, no es un jugador que desequilibre en el uno contra uno, una cualidad que el Barça considera clave en contextos cerrados y partidos donde no hay espacios. Ese déficit técnico podría limitar su impacto en ciertos escenarios que exigen desatascar partidos con creatividad individual.

Julián Álvarez Europa Press
Julián Álvarez Europa Press

El Barça no quiere repetir errores del pasado

La dirección deportiva es consciente de que la transición tras la salida de Lewandowski debe ser quirúrgica. La llegada de un delantero titular no solo implica una inversión elevada, sino también un perfil que se adapte de forma inmediata al estilo. Por ello, aunque Julián Álvarez es un nombre que gusta, no hay consenso total dentro del club para lanzarse a por él sin reservas.

A todo esto se suma que el mercado de delanteros top es cada vez más escaso y competitivo. El Barça ya ha sufrido en otras ocasiones con fichajes de atacantes que no han encajado, y la prioridad ahora es reducir el margen de error al mínimo.

Julián Álvarez ha demostrado ser un delantero de primer nivel, pero su estilo aún no convence del todo al Barça, que sigue buscando el equilibrio entre talento, adaptación y sostenibilidad táctica para afrontar el inevitable adiós de su actual ‘9’.