Joan Laporta está a punto de cerrar el segundo fichaje del verano para el FC Barcelona. Tras la llegada del guardameta Joan García, el club catalán ha alcanzado un acuerdo para incorporar a Roony Bardghji, una de las grandes promesas del fútbol europeo. El extremo sueco, procedente del FC Copenhague, firmará en los próximos días. La operación se cerrará en torno a dos millones de euros fijos más variables, una cifra muy asequible para el potencial que se le presupone al joven atacante.
En las oficinas del Camp Nou no han dejado de trabajar a pesar del varapalo que ha supuesto el rechazo de Nico Williams, y Bardghji ha sido uno de los nombres que más ha convencido a la dirección deportiva liderada por Deco. El joven ya ha completado la primera parte de las pruebas médicas con el club y se espera que su fichaje se haga oficial esta misma semana.
Una apuesta de futuro con margen
Bardghji, de apenas 19 años, ha sido seguido durante meses por varios clubes europeos. Su gran talento y desparpajo en el uno contra uno han llamado la atención del Barça, que ha querido adelantarse a otros pretendientes. Eso sí, su fichaje también está rodeado de cierta prudencia: el joven sueco sufrió una lesión de ligamentos en abril de 2024 que lo tuvo apartado de los terrenos de juego casi un año. Desde su regreso en marzo, solo ha disputado seis partidos con el Copenhague.

Debido a este contexto, el Barça planea que realice la pretemporada con el primer equipo para evaluar su estado físico y su nivel de competitividad. Si no alcanza el rendimiento necesario, el club baraja una cesión inmediata para que gane minutos y ritmo. El Mallorca ya ha mostrado interés en contar con él para la próxima campaña.
Un refuerzo con vistas a Lamine Yamal
Uno de los factores clave en esta operación es la gestión de minutos de Lamine Yamal. El joven canterano fue uno de los jugadores que más carga acumuló durante la pasada temporada, y Flick quiere repartir esfuerzos. Deco ve en Bardghji una alternativa de perfil similar, capaz de asumir minutos sin que el equipo pierda desequilibrio por la banda derecha.
En lo económico, la operación es casi redonda: bajo coste, mucho margen de revalorización y riesgo mínimo. Si Bardghji cumple los objetivos pactados, el coste final aumentará, pero si no cuaja, su salida tampoco supondrá un golpe importante a las arcas del club.
Con el fichaje de Bardghji a punto de oficializarse, Laporta sigue avanzando con paso firme en la reestructuración de la plantilla, apostando por talento joven, ambicioso y económicamente viable. El futuro ya se empieza a construir.