El American Airlines Center se vistió de gala para recibir a Cooper Flagg, la joya más esperada de los Dallas Mavericks y número uno del Draft 2025, pero lo que debía ser una noche de gloria terminó convirtiéndose en un baño de realidad. Los San Antonio Spurs de Victor Wembanyama destrozaron al conjunto texano por 125-92, dejando a Flagg expuesto y a Jason Kidd en el ojo del huracán.
Flagg, que debutó como base titular en un experimento táctico que pocos entendieron, sufrió durante todo el encuentro. El joven de apenas 18 años terminó con 10 puntos, 10 rebotes y tres pérdidas, pero su actuación fue tan irregular que las redes sociales estallaron en críticas: "¿Realmente Dallas eligió a Flagg como número uno?" y “¿Es Cooper Flagg un fraude?” se leía en miles de comentarios en X (antiguo Twitter). Jason Kidd, por su parte, trató de justificar la apuesta por el novato como generador ofensivo, pero el experimento fue un desastre. “Jugó bien”, dijo el técnico, aunque su tono no convenció a nadie. Lo cierto es que Flagg no logró controlar el ritmo del juego ni mostrarse cómodo con el balón, lo que encendió todas las alarmas en la franquicia.
Jason Kidd cambia de rumbo: D’Angelo Russell toma el mando y Flagg retrocede posiciones
Las malas sensaciones del debut han obligado a Kidd a mover fichas rápidamente. Según fuentes cercanas a la organización, D’Angelo Russell será el nuevo base titular hasta el regreso de Kyrie Irving, dejando a Cooper Flagg en un rol más natural, entre la posición de escolta y alero. El mensaje interno es claro: el experimento se acabó.
El staff técnico ha decidido limitar el rol de manejo de juego de Flagg inicialmente porque no confía en la capacidad inmediata del rookie para asumir esas responsabilidades. Esta decisión, según un analista local, es una medida de protección de "Kidd" para evitar que el novato sufra un colapso de confianza o rendimiento. Y no es para menos: Flagg fue víctima de la presión y de una defensa implacable por parte de Stephon Castle, el escolta de los Spurs y vigente Novato del Año, quien lo dejó prácticamente fuera del partido durante toda la primera mitad. Pese al flojo rendimiento, el joven mostró algunos destellos: un fadeaway elegante en el tercer cuarto y un par de rebotes defensivos poderosos que recordaron por qué fue considerado un talento generacional. Sin embargo, los Mavericks esperaban un impacto inmediato, y el público, acostumbrado al brillo de figuras como Luka Dončić, no perdona actuaciones grises.
Los Mavericks, divididos entre la paciencia y la urgencia por resultados
Dentro del vestuario, las posturas están divididas. Algunos jugadores creen que Flagg necesita tiempo para adaptarse al ritmo y físico de la NBA, mientras que otros opinan que Jason Kidd lo expuso demasiado pronto. A pesar de las frustraciones evidentes, Flagg demostró una madurez destacable con su autoevaluación: “No jugué increíblemente bien, pero lo superaremos”, admitió, dejando la puerta abierta a una evolución más tranquila y progresiva. Pero en Dallas, donde la urgencia por competir es máxima, el margen de error es casi inexistente.
Con 81 partidos aún por disputar, el futuro del prodigio sigue siendo una incógnita. Los Mavericks confían en que el número 1 del Draft encuentre su sitio, pero todo indica que D’Angelo Russell tomará las riendas, permitiendo que Cooper Flagg se integre y aprenda gradualmente en un rol menos protagónico.