Ahora sí. Punto y final a la etapa de Andrés Iniesta. El Barça no tiene más remedio que asumir el adiós de su capitán. Iniesta dice basta después de 16 temporadas donde ha brillado con luz propia y ha deslumbrado las vitrinas del club. El partido contra la Real Sociedad ya forma parte de la historia blaugrana más reciente. Una historia que empezará a escribirse por la 'i' de Iniesta.
La ovación atronadora del Camp Nou era la contrapartida a tantas alegrías. Iniesta, sustituido a falta de un puñado de minutos, ha escuchado desde el banquillo cómo el público se despreocupaba del marcador para cantar en su honor. Sin cesar.
La fiesta del Barça ha tenido confeti cuando el árbitro ha silbado el final. El club ha querido poner en valor el octavo doblete de su historia con una explosión de luz y color. Como cada temporada, la megafonía ha ido presentando uno por uno a todos los jugadores del primer equipo, incluso, los que empezaron pero ya no están como Arda Turan o Javier Mascherano.
Todos los futbolistas, con la camiseta de Andrés Iniesta, han ido desfilando por una pasarela iluminada de azul y grana. Con el Camp Nou a oscuras, la única luz era la de los móviles de la afición, que dibujaba un cielo estrellado. Leo Messi, aclamado, ha compartido protagonismo con un Iniesta que ha tenido que hacer lo imposible por aguantar las lágrimas cuando ha cogido el micrófono después de levantar su noveno trofeo de Liga.
"Hoy es un día difícil, pero han sido 22 años maravillosos", ha empezado el capitán del Barça mientras se hacía el silencio en la gradería. "Ha sido un orgullo y un placer defender y representar este escudo, para mí, el mejor del mundo", ha dicho para provocar una nueva ovación. Las emociones estaban a flor de piel. "Sólo puedo decir que os llevaré en mi corazón para siempre", ha seguido Iniesta con los ojos vidriosos antes de repetir una frase que el culé ya sabe de memoria: "Visca el Barça, visca Catalunya y visca Fuentealbilla".
Los compañeros, rendidos durante los últimos días al talento de Iniesta, han corrido para mantearlo a las nubes de Barcelona. Esta será la última imagen de Andrés Iniesta vestido con los colores del Barça: feliz por despedirse a su manera y al lado de su familia.
Los futbolistas, después de jugar con los hijos y dar una vuelta de honor al campo para agradecer a la afición el apoyo durante toda la temporada, han visto desde el círculo central cómo los fuegos artificiales suponían la clausura a un año mucho más emocionante de lo que se podía prever a finales del mes de agosto. El año de otro doblete. El año de Iniesta.