Los días de Andrés Iniesta en el Barça están contados. Sólo quedan dos semanas para que se quite la camiseta blaugrana y no se la vuelva a poner nunca más. 22 años en el club. 16 en el primer equipo.

Iniesta deja el equipo por voluntad propia, renunciando a un contrato vitalicio para ser "honesto". Y lo hace sin un sustituto en el vestuario. La exhibición en el último partido contra el Villarreal en el Camp Nou evidencia que su ausencia será un obstáculo durante la próxima temporada.

"Iniesta es insustituible. Puedes jugar con otro, pero por sus características es difícil pensar en alguien que haga algo parecido". Las palabras de Ernesto Valverde evidencian una realidad. El Barça tendrá que reinventarse para seguir ganando sin su capitán. Valverde tiene diferentes opciones para superar su ausencia, pero ninguna de ellas ofrecerá un rendimiento similar sin desequilibrar el equipo.

Coutinho

La etiqueta de jugador más caro de la historia del club lo obliga a dar un paso adelante. El adiós de Iniesta empuja a Philippe Coutinho para que asuma un protagonismo que ha sorteado en sus primeros meses en Barcelona. La adaptación ya no será excusa para justificar las discretas actuaciones de un futbolista que no ha conseguido ser regular. Ha marcado goles y ha repartido asistencias, pero es difícil recordar un partido en el que haya brillado desde el primer minuto hasta el último.

El Barça se desgastó en una negociación pública con el Liverpool porque entendía que fichar a Coutinho era fichar futuro. La secretaría técnica veía en el brasileño al heredero de Iniesta a largo plazo. Visto con perspectiva, seis meses bajo su tutela quizás son pocos. El '14' necesita interiorizar mucho más el juego de posición blaugrana. Su juego, acentuado en los cinco años que ha pasado en Liverpool, es más vertical que horizontal. En el Camp Nou tendrá que seguir aprendiendo a madurar las jugadas sin prisa ni voluntad de hacer en cada ataque el pase que abrirá los telediarios.

Andrés Iniesta Philippe Coutinho Barça EFE

FC Barcelona

Valverde confía ciegamente en él. Es una apuesta de club y ya se ha consolidado en el once titular si hacemos caso a las últimas alineaciones. Todo apunta que tendrá que abandonar la banda, hacer un esfuerzo para reciclarse y comprometerse en defensa, su gran asignatura pendiente.

Messi

No tendría que aparecer en esta lista, pero su influencia se extiende por todos los rincones de un campo de fútbol. Sus infinitos recursos técnicos lo convierten en una alternativa real, pero improvisada. La marcha de Iniesta le entregará el brazalete de capitán de una plantilla que seguirá liderando desde el campo mientras esquiva convertirse en portavoz.

La lógica del paso del tiempo dice que Messi irá retrasando su posición. Cuando el físico no lo acompañe, el Barça perderá a un delantero y ganará a un mediocampista. La calidad perdura y Messi, desde la posición que ha ocupado Iniesta en los últimos años, podría alargar su prolífica carrera.

Leo Messi Andres Iniesta final Copa Barça Sevilla abrazada EFE

EFE

A día de hoy, alejar a Messi del área supondría un sacrilegio. El Barça no está en condiciones de desperdiciar los goles de un delantero que ganará su quinta Bota de Oro. El club se tiene que centrar en exprimir hasta la última gota de su talento. Un talento especialmente diferencial cuando explota cerca de la portería rival.

Arthur o el filial

"Es un gran jugador que el club sigue desde hace tiempo y sabemos que tiene un perfil que se puede adaptar a nuestro estilo". Valverde es uno de los principales valedores de Arthur Melo, mediocampista brasileño de 21 años por quien el Barça tiene una opción de compra. Arthur, actualmente en el Gremio, podría reforzar al club de cara al próximo mercado de invierno.

Su incorporación supone un melón por abrir. Arthur fue elegido entre los tres mejores jugadores del año en Sudamérica y su juego casa con la idea del Barça, pero es normal que su fichaje genere dudas. En el Camp Nou todavía recuerdan los precedentes de Keirrison y Henrique, dos brasileños inéditos.

Arthur Melo Gremio Flickr Grêmio Oficial

Gremio

El filial, inmerso en una lucha prácticamente utópica para evitar el descenso a Segunda División B, tendría que brillar en momentos como este. El club ha desvirtuado el Barça B con fichajes que frenan la progresión de unos juveniles que ya son campeones de Europa. El pretexto de la secretaría técnica para llenar el filial de caras nuevas era mantener la categoría, pero esto ya ha caducado.

Una de las promesas más firmes de La Masia, el mediocampista Carles Aleñá, ha visto estancada su progresión con los últimos meses cargados de despropósitos. La próxima temporada tendría que convertirse en miembro del primer equipo, pero es una incógnita el rol que le reservan desde los despachos.

Cambio de sistema

Lo más coherente para sobrevivir sin Iniesta es modificar el dibujo. "Estamos obligados a buscar equilibrios diferentes dentro del equipo, sabiendo que el estilo del Barça está marcado", dice un Valverde que ya sabe qué es rehacer un sistema a toda prisa después del precipitado adiós de Neymar.

La plantilla blaugrana tiene herramientas para seguir dibujando a un 4-4-2 o cambiar al 4-2-3-1. Reforzar el medio del campo, con dos jugadores del perfil de Ivan Rakitic y Sergio Busquets, podría servir para liberar el ataque. Y más si el Barça acaba pagando la cláusula de Antoine Griezmann. Otro delantero para complicar, un poco más, el rompecabezas de Valverde.

La pelota, en el tejado y la cabeza del entrenador.