Hay pérdidas en el fútbol mucho mayores que una derrota en el marcador. Cuando un estadio entero profiere insultos racistas a un jugador, se pierde el sentido común, el juicio y la educación. Estos elementos no tendrían que faltar nunca, y menos en un ámbito como el deporte, que tiene tanta importancia en la sociedad y que sigue tanta gente, desde pequeños hasta grandes. Es por eso que Iñaki Williams, jugador del Athletic Club, ha anunciado en una entrevista que sus compañeros y él abandonarán el terreno de juego si vuelven a escuchar insultos racistas en un campo.

"Se que mis compañeros hubieran salido del campo conmigo porque lo hemos hablado. Si pasara, nos marcharíamos del campo; si nos dan el partido por perdido, nos daría exactamente igual, porque sería un puñetazo contra el racismo", explicaba Iñaki Williams en el avance de la entrevista en el programa Universo Valdano de Movistar+.

Los antecedentes a esta polémica se remontan al 25 de enero, cuándo el Athletic jugó contra el Espanyol en el RCDE Stadium. Williams, con padres de origen ghanés, fue sustituido en el minuto 69 y el público empezó a gritar "uh, uh, uh", imitando el ruido de un mono, para insultar al delantero vasco. El partido, sin embargo, se siguió jugando, aunque Williams pidió a su compañero de equipo Iker Muniain que avisara al árbitro para hacerlo constar en el acta del partido.

"Ojalá no se vuelva a repetir, pero si se repitiera, se que contaré con el apoyo de muchísima gente, como me pasó en Tenerife o igual que me llovieron miles de mensajes en las redes sociales", agradecía Williams en la entrevista. Esta reacción del equipo sería una respuesta ejemplar para demostrar que en el fútbol no hay cabida al racismo. Ni en el fútbol, ni en ningún sitio.