Dean Huijsen ya no vive el idilio de sus primeras semanas en el Real Madrid. El impacto inicial fue enorme. Sorpresivo. Ilusionante. Llegó y respondió. Rápido, contundente y con personalidad. Xabi Alonso le abrió la puerta de inmediato y Florentino Pérez vio confirmada su apuesta.
El contexto también le ayudó. Muchas lesiones en la defensa. Pocas alternativas reales. Huijsen aprovechó el escenario. Se hizo un hueco. Sumó minutos. Se ganó elogios. Incluso fue señalado como uno de los pilares del nuevo proyecto blanco. Todo parecía encajar.
Pero el problema llegó después. La regularidad. En los partidos grandes, su rendimiento cayó. La presión pesó. Las decisiones fueron erróneas. Los fallos se acumularon. El derbi ante el Atlético encendió las alarmas. Anfield terminó de dispararlas.

El efecto Huijsen se diluye
En Liverpool quedó señalado. Fue uno de los más criticados. Se esperaba un correctivo. Un aviso claro. Un banquillazo. Pero no llegó. Xabi Alonso volvió a apostar por él ante el Rayo Vallecano. Y el sacrificado fue Éder Militão. Una decisión incomprensible para muchos.
El brasileño era el líder. El más sólido. El que mejor estaba. Su suplencia generó ruido interno. Y presión añadida sobre Huijsen. Tenía que responder. Era su momento. Pero volvió a fallar. Nervioso, impreciso, acelerado... Fue sustituido nada más empezar la segunda parte.
El partido ante el Elche no cambió la percepción. Jugó todo el encuentro. Pero no convenció. Las dudas seguían ahí. Y poco después llegó otro golpe. Problemas musculares. Cinco partidos fuera entre Liga y Champions League. Un parón inoportuno.
Su regreso fue discreto. Apenas 13 minutos ante el Alavés. Sin ritmo. Sin peso. Con la defensa en cuadro, todo indica que volverá a tener oportunidades. Pero ya no es lo mismo. El efecto sorpresa ha desaparecido. Y todo apunta a que cuando vuelva Eder Militao, volverá a ser carne de banquillo.
Su titularidad en la Selección Española está en juego
Un escenario que genera un enorme problema para el futbolista que va más allá del Real Madrid. Huijsen sabe que está perdiendo confianza. No es titular indiscutible. No es intocable. Y eso tiene consecuencias fuera del club.
La Selección Española observa. Luis de la Fuente sigue contando con él. La convocatoria no peligra. De momento. Pero la titularidad sí está en juego. La competencia aprieta. Y mucho. Más aun con Pau Cubarsí creciendo partido a partido. Cada vez se le ve más seguro y maduro. Es intocable para Hansi Flick. Su progresión es constante. Y su nombre gana peso. Cada semana, en cada actuación.

Huijsen lo sabe. Sin continuidad en el Madrid, su estatus se debilita. El margen de error se reduce. La exigencia es máxima. El talento no basta. Hace falta constancia, solidez y personalidad en los grandes escenarios.