El Real Madrid no funciona, y a pesar de haber evitado el drama de encadenar el cuarto partido consecutivo sin conocer la victoria, los octavos de final de Copa del Rey ante el Villarreal (2-3) han vuelto a ser un ejemplo que Carlo Ancelotti tiene muchos problemas por resolver. La parte buena, que el conjunto merengue avanza de ronda a pesar de bordear el ridículo de renunciar a dos títulos en menos de una semana. La mala, que sigue a la palestra que el equipo no funciona y que hay jugadores que siguen sin estar a la altura de las circunstancias.

En este sentido, uno de los futbolistas que volvió a decepcionar fue Eduardo Camavinga. Esta vez, el francés fue destinado a paliar la ausencia por lesión de Aurélien Tchoueméni y asumió los mandos del medio de campo. Camavinga, en el eje de la medular, tenía el cometido de cubrir las espaldas de Toni Kroos y de Fede Valverde, pero la naturaleza box to box del ex del Rennes dejó en evidencia que la de Ancelotti había sido una mala decisión.

Carlo Ancelotti caminando serio Supercopa Madrid / Foto: EFE - Juan Carlos Cárdenas
Carlo Ancelotti, caminante cabizbajo y serio durante un partido del Real Madrid / Foto: EFE - Juan Carlos Cárdenas

Eduardo Camavinga, uno de los más flojos del partido

El medio del campo del Real Madrid, al menos durante la primera mitad, fue un auténtico desastre. Dani Parejo, Éttiene Capoué y Álex Baena impusieron su ley y se jugó a lo que el conjunto 'groguet' quiso. Tanto es así, que el electrónico reflejaba un marcador de 2-0 al descanso, y entonces, Camavinga, ya había recibido la amonestación por culpa de una falta que hizo por estar fuera de posición.

Sin embargo, Carlo Ancelotti no tocó el banquillo en el descanso y, gracias al paso adelante de su equipo de cara a la segunda mitad, decidió mantenerlo ya hasta el final del partido a pesar de correr el riesgo de quedarse con un hombre menos. Sea como sea, su mal partido ya no queda en una anécdota, sino que Ancelotti cada vez está más incómodo con un jugador que no rinde de pivote, pero que tiene demasiada competencia como para jugar de interior.

Eduardo Camavinga pelota controlada Real Madrid / Foto: EFE
Eduardo Camavinga, durante un partido entre el Real Madrid y el Español / Foto: EFE

El Real Madrid piensa en el largo plazo y Camavinga no entra

Con Luka Modric, Toni Kroos, Fede Valverde y, muy probablemente, Jude Bellingham por delante en el día de mañana, el Real Madrid tiene que plantearse el futuro de un Camavinga que no tiene cabida como interior, y a la vista ha quedado que mucho menos la tiene como pivote.

Además, Dani Ceballos, que entró en la segunda mitad, firmó una gran actuación y fue el salvador de los suyos con un gol y una asistencia. De esta manera, el de Utrera sería un activo más para la larga lista de competencia como interior en caso de renovar. Camavinga, por consiguiente, queda en el limbo de los transferibles, una herencia envenenada del Madrid de Zidane que veía en el jugador el relevo generacional de Luka Modric.