Hansi Flick ya ha tomado una decisión con Frenkie de Jong y en el Barça lo saben desde dentro. El neerlandés ha perdido, por ahora, su sitio en el once. No es un castigo puntual ni una rotación táctica. Es una determinación clara tras varias semanas de dudas, partidos grises y una sensación que se ha instalado en el cuerpo técnico, ahora mismo no marca diferencias.
De Jong fue titular ante el Villarreal por una circunstancia muy concreta, la ausencia de Pedri. Tenía una oportunidad para reivindicarse, para mandar un mensaje y volver a sentirse importante. Pero ocurrió justo lo contrario. El Barça no pudo apoyarse en el neerlandés, que sin Pedri, volvió a decepcionar. Y Flick tomó nota de ello.
Eric García gana la batalla desde el orden
La comparación ha sido inevitable. Eric García, sin hacer ruido, ha ido creciendo. Más sencillo, más disciplinado y mucho más fiable en el equilibrio defensivo. No brilla, pero cumple. Y para Flick, ahora mismo, eso pesa más que cualquier nombre o salario. El alemán quiere control, rigor táctico y continuidad, y ahí Eric está por delante. En los entrenamientos el mensaje también ha sido claro. Eric interpreta mejor lo que pide el técnico, se coloca mejor y no rompe el sistema. De Jong, en cambio, tiende a conducir de más, a ralentizar el juego y a perder la posición. Flick no quiere riesgos en esa zona y ha optado por la solución más pragmática.
Por eso ya se le ha comunicado al neerlandés que no volverá a ser titular hasta nuevo aviso. No hay fechas ni promesas. Tendrá que ganárselo desde el banquillo, algo que no entra en sus planes ni en sus expectativas cuando arrancó la temporada.
Un escenario que lo cambia todo para De Jong
La situación abre un escenario incómodo. De Jong es uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla y verse relegado al banquillo no es algo menor. En el club empiezan a asumir que esta decisión puede tener consecuencias a medio plazo, incluso en el mercado. Si no juega, su rol cambia. Y mucho.
Flick, por su parte, no quiere debates. Ha dejado claro que juega quien mejor encaja en su idea, no quien más nombre tiene. El Barça necesita estabilidad y ahora mismo la encuentra con Eric García como pivote. Así pues, Frenkie de Jong pasa a un segundo plano. Sin ruido, sin polémica pública, pero con un mensaje contundente. El once ya no es suyo. Y recuperarlo no será fácil.
