El Manchester City no ha tenido piedad del Arsenal (0-3) y se ha proclamado campeón de la Carabao Cup. La versión más efectiva de los citizens ha servido a Guardiola para ganar su primer título en Inglaterra. El técnico de Santpedor ha plantado cara a la Federación Inglesa de Fútbol y ha llevado el lazo amarillo durante la final, disputada en Wembley.

Sin oposición

Esta temporada, en Inglaterra, el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana el Manchester City. Los de Guardiola han vuelto a demostrar que no tienen rival en el Reino Unido y que su eliminación de la FA Cup fue un espejismo. Líderes destacados en la Premier, los citizens han conseguido hoy su primer título desde la llegada del técnico de Santpedor al banquillo del Etihad Stadium.

Y eso que en la final de la Copa de la Liga (Carabao Cup por razones de patrocinio) se ha encontrado con un Arsenal muy necesitado de alegrías y de buenos resultados. De títulos, al fin y al cabo. Wegner pretendía conquistar, en Wembley, la única cometición inglesa que le falta para convertirse en el octavo técnico que lo gana todo en Inglaterra. El conjunto londinense no se encuentra en su mejor momento -de hecho, tendrá que luchar de lo lindo si quiere conseguir la clasificación para la próxima edición de la Champions- y la de hoy era una oportunidad de renacer que no podían dejar escapar.

Hay proyectos, sin embargo, que sencillamente están destinados a no ganar. Y es que el Arsenal ha competido y ha impedido que sobre el césped la diferencia que los separa en la Premier se tradujera en una superioridad abrumadora de su rival, pero no ha podido probar el sabor de la victoria. El City más sólido de los últimos años ha tirado de oficio y calidad para sobreponerse a los gunners.

Efectividad contra impotencia

El primer culpable de eso ha vuelto a ser, una vez más, Agüero. En una jugada aislada en el minuto diecinueve, el delantero argentino ha realizado una gran acción individual que ha culminado con una vaselina. La pelota ha superado a Ospina y ha visto portería en el que ha sido el único gol de una primera parte que no ha destacado por su vistosidad. Como en los otros grandes partidos del fútbol inglés de este curso, el nivel general no ha estado a la altura de las expectativas.

El miedo a perder ha pesado más que las ganas de ganar en ambos conjuntos, e incluso un equipo tan atrevido y extrovertido como el Manchester City ha sido conservador. Intensidad y ganas no han faltado, pero la condición de partido trascendente ha impregnado a los jugadores de un nerviosismo que se ha traducido en muchas impresiones. Errores inusuales en los dos finalistas que han hecho del partido un compromiso poco atractivo.

Los minutos han ido pasando, sin embargo, y los citizens se han encontrado, literalmente, con un tanto que les ha dado toda la tranquilidad del mundo. Ya a la reanudación, y cuando todavía quedaba media hora para el final, Kompany ha pescado una pelota muerta dentro del área y no ha perdonado. Impotencia londinense y delirio de la afición de Manchester en Wembley. El primer título de Guardiola en Inglaterra estaba más cerca que nunca.

Premio a la insistencia

Con el Arsenal muy tocado, Silva ha hecho más grande la herida cinco minutos después y ha sentenciado el partido con un disparo cruzado. Contrariamente a lo que le pasó la semana pasada contra el Wigan (cuándo el dominio no se tradujo en el marcador), el City se ha servido de una eficacia goleadora prácticamente impecable para certificar su coronación.

Después de una temporada y media, Guardiola ha levantado su primer título desde su llegada al Etihad Stadium. El entrenador de Santpedor, que a pesar de la persecución de la Federación Inglesa ha seguido pidiendo la libertad de los presos políticos, ha encontrado premio a una temporada excelente que, si no hay ninguna sorpresa mayúscula, mejorará con la consecución de la Premier League. La Champions League, gran objetivo para poner la guinda en el pastel.