El Barça se enfrenta a un nuevo escenario en su defensa y es que el futuro de Andreas Christensen está prácticamente sentenciado. El central danés encara su último medio año de contrato y, según trasladan desde el vestuario, Hansi Flick ya da por hecho que el próximo 1 de enero comenzará a negociar libremente con otros clubes para dejar sellado su futuro. Ese simple detalle ha cambiado por completo la forma en que el técnico lo valora dentro de la plantilla.

Un jugador de fondo de armario para Flick

La realidad es que Flick nunca ha visto en Christensen una pieza imprescindible. Lo considera un futbolista útil, serio y profesional, pero también alguien pensado para momentos puntuales, más cercano al rol de fondo de armario que al de titular indiscutible. Y es que el entrenador alemán, obsesionado con dotar a su defensa de liderazgo, velocidad y agresividad, cree que el danés no termina de encajar en ese molde. Aunque llega a ser útil gracia a su capacidad para sacar el balón.

Andreas Christensen
Andreas Christensen

De este modo, Christensen ha ido perdiendo terreno a lo largo de los últimos meses. Flick ya venía reduciendo sus minutos desde el inicio de temporada y, aunque el central ha respondido con su habitual discreción y profesionalidad, no ha sido suficiente para modificar la percepción del entrenador. El propio Christensen es consciente de que su influencia en el equipo se ha ido reduciendo sin freno.

El 1 de enero marca un antes y un después

Y es que hay un punto clave que lo cambia todo con la llegada del 1 de enero. Desde ese día, Christensen podrá negociar su futuro con cualquier club sin necesidad de pasar por el Barça. Flick entiende que, a partir de ese momento, la cabeza del jugador no estará completamente centrada en el proyecto azulgrana. Eso, sumado a que el técnico no ve un recorrido real para él a largo plazo, ha llevado a que prácticamente deje de contar con el danés.

Así pues, Christensen afronta sus últimas semanas como futbolista del Barça con un rol reducido y una confianza mínima por parte del entrenador. El club, por su parte, tampoco descarta escuchar ofertas en invierno para evitar que se marche gratis en verano, aunque su salario y su situación contractual complican cualquier operación inmediata.

La sensación interna es clara: el ciclo de Andreas Christensen en el FC Barcelona está llegando a su fin, y Flick ya planifica la defensa sin él. El 1 de enero no solo abrirá la puerta a otros clubes, sino que confirmará una realidad que el técnico ya ha asumido desde hace meses.