El FC Barcelona vive un momento tenso. Las lesiones están siendo un auténtico dolor de cabeza para Hansi Flick. El último en lesionarse ha sido Robert Lewandowski. No obstante, al técnico no le preocupan tanto las lesiones como la forma en la que se producen. Y en este sentido, Dani Olmo está en el punto de mira.
Todo comenzó durante la última concentración de la Selección Española. Olmo llegó con molestias en el gemelo izquierdo. El club había avisado a la Federación: precaución. No se le escuchó. El jugador decidió forzar. Quiso jugar, demostrar que estaba listo. Buscaba sumar minutos para el Mundial 2026. El catalán no tiene el puesto asegurado y cada actuación es clave para convencer a Luis de la Fuente.

Tensión con la lesión de Dani Olmo
El resultado fue inmediato. Olmo se rompió. La lesión afecta al sóleo de la pierna izquierda. Estará de baja hasta noviembre. Pero lo que más ha dolido al Barça no es la lesión, sino el acto de rebeldía. Flick interpreta que priorizó su interés personal sobre el equipo. Para el técnico, eso es inaceptable.
El enfado del míster se entiende. El Barça afronta una temporada cargada de partidos importantes, con la Champions y la Liga como objetivos principales. La plantilla ya está castigada por lesiones. Y Olmo, en lugar de protegerse y proteger al equipo, decidió arriesgar. Su actitud ha generado desconfianza. Ferran Torres, por ejemplo, también tenía molestias. Pero pidió salir de la convocatoria y volver a Barcelona para recuperarse. Su gesto fue valorado por Flick. Priorizar al equipo sobre intereses personales es lo que el entrenador alemán exige.
Aviso a Dani Olmo con copia para el resto del equipo
Pero este episodio se suma a otro que ya tenía a Flick mosqueado antes del parón por selecciones. Concretamente, que Olmo no ha mostrado la intensidad esperada en la presión ofensiva. Y eso, para el entrenador germano, es falta de disciplina en el campo. Flick ya había pensado en darle un toque de atención en forma de suplencia. La falta de efectivos retrasó la medida, pero ahora que el equipo empieza a recuperar jugadores, Olmo tendrá que ganarse la titularidad nuevamente cuando regrese de su lesión.

El mensaje de Flick es firme. El exceso de individualismo y falta de compromiso no se toleran. La decisión de dejar fuera a Olmo envía un aviso al resto del vestuario: nadie está por encima del Barça. La exigencia es máxima. Cada entrenamiento, cada partido y cada acto cuentan.
Olmo ahora tendrá tiempo para reflexionar. La vuelta será complicada. Si quiere recuperar su lugar, deberá mostrar un cambio en actitud, intensidad y compromiso. Flick no negocia en esto. El equipo y el proyecto del Barça están por encima de cualquier interés personal.