El verano dejó decisiones importantes en los despachos del FC Barcelona, y una de ellas tuvo como protagonista a Marc Casadó. El canterano estuvo en la rampa de salida, con ofertas de cesión e incluso traspaso encima de la mesa. Sin embargo, Hansi Flick frenó cualquier movimiento, convencido de que el centrocampista podía ser útil durante la temporada. Apenas unas semanas después, el tiempo empieza a darle la razón.
Ante la baja de Frenkie de Jong por lesión, Flick apostó por Casadó como titular frente al Valencia y el joven respondió con una actuación sobria, madura y de garantías. Ya en la pasada campaña había demostrado personalidad en partidos de máxima exigencia. Pero su nivel confirma que está listo para ser algo más que un recurso ocasional.
Un comodín en el centro del campo
Casadó ha encontrado su espacio como un futbolista polivalente y fiable. Puede actuar como pivote defensivo, pero también adaptarse a posiciones interiores o incluso echar una mano en el lateral si la situación lo requiere. Esa versatilidad es oro puro para Flick, que valora a los jugadores capaces de ofrecer soluciones en distintos contextos.
Frente al Valencia mostró lo que mejor sabe hacer: equilibrio, intensidad y lectura táctica. No necesitó brillar en exceso con balón para ser importante; bastó con su disciplina y su capacidad para sostener al equipo. Su presencia permitió a Pedri y Fermín jugar con mayor libertad, sabiendo que detrás había un futbolista dispuesto a hacer el trabajo invisible.
La confianza de Flick
Lo más relevante es que Flick no lo ve como un simple recurso de emergencia. El técnico alemán insistió en su continuidad porque entiende que Casadó encarna el perfil competitivo que necesita el Barça para afrontar una temporada cargada de partidos y exigencias.
El jugador, por su parte, ha respondido con actitud y paciencia, sabiendo que no siempre tendrá minutos, pero aprovechando cada oportunidad para reivindicarse. Su mentalidad encaja con lo que pide el entrenador: compromiso, sacrificio y capacidad para sumar sin hacer ruido.
Un futuro cada vez más claro
El debate ya no es si Casadó puede tener minutos, sino si puede ganarse un puesto estable en la rotación e incluso pelear por la titularidad en ciertos partidos. Con la incógnita física de De Jong y la necesidad de rotar a Fermín y Pedri, las puertas se le abren.
En conclusión, Flick acertó al frenar su salida en verano. El Barça ha ganado un futbolista de confianza, la plantilla cuenta con un comodín de garantías y Casadó empieza a perfilarse como una pieza con presente y futuro en el Camp Nou.