En la previa de uno de los días más mágicos del año ha habido sorpresas y regalos de última hora en el RCDE Stadium. El Espanyol ha ilusionado y ha conseguido empatar contra un Barça faltado de ritmo y de fútbol (2-2).

Los unos buscando una reacción y los otros continuar con el liderato. Y el nuevo Espanyol del Pitu Abelardo ha convencido y ha plantado cara a un Barça sin alma. El conjunto blanquiazul cierra la primera vuelta siendo colista de la Liga Santander, pero con motivación, y el Barça sufriendo, pero siendo colíder.

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Ilusión perica

Un Espanyol renovado de ideas en el banquillo ha sabido ponerse el traje que hasta ahora pocas veces se había visto en Cornellà. Abelardo ha apostado por un equipo lleno de defensas, con un esquema clásico y dejando atrás la tónica que impuso Pablo Machín. El conjunto blanquiazul ha destacado y el Barça ha decepcionado.

Ernesto Valverde ha apostado por los habituales, con Messi, Luis Suárez y Piqué a pesar de los escasos entrenamientos. Y se ha notado la falta de ritmo. Los blaugrana no tenían ideas ofensivamente y el tridente, completado con Griezmann, ha echado de menos la conexión con el resto del equipo.

Con un Barça nuevamente irregular, sin saber qué hacer ni con posesión ni sin, ha visto cómo un motivado Espanyol, espoleado por su afición, ha podido discutir de tú a tú al eterno rival. Y por este motivo, por la ilusión y las ganas, el Espanyol se ha adelantado en el minuto 23 gracias a un centro de falta preciso de Marc Roca y a un remate de cabeza impecable de David López. Neto, el portero del Barça por la lesión de Ter Stegen, sólo ha podido hacer vista.

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Un marcador justo que no ha peligrado mucho hasta que los grandes reyes culés han hecho acto de presencia. Mientras tanto, firmeza defensiva del Espanyol, que sólo ha peligrado con dos avisos inocentes de Messi y un remate de Suárez al palo.

El efecto Arturo Vidal

Pero si había falta de intensidad en el Barça, la gran solución en el banquillo sólo era una: Arturo Vidal. El futbolista que pone más corazón que cabeza del Barça es el chileno y al descanso ha sido el cambio elegido por Valverde. Rakitic se ha quedado sin salir.

Y este cambio ha sido decisivo. Un punto más de presión, de ganas y de ideas de un Barça renovado. Arturo Vidal ha aportado coraje y el equipo blaugrana se ha contagiado. En el minuto 50 Jordi Alba ha conectado con Suárez y el uruguayo no ha perdonado. Empate. Y luego Vidal, que se ha transformado en Rey Arturo, ha confirmado la remontada nueve minutos después, de cabeza, y con asistencia de un omnipresente Suárez.

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El Barça ha tenido suficiente apretando el acelerador un cuarto de hora para cambiar el sentido de un decepcionante partido. Luego ha sufrido porque De Jong, a quince minutos del final, ha sido expulsado después de ver dos tarjetas amarillas. Y en el último suspiro de un partido que parecía que sería para el Barça, ha acabado con un gol de Wu Lei, para el empate final.

En la previa de uno de los días más mágicos del año esta vez no ha aparecido el gran mago, pero sí se ha repartido felicidad en Cornellà. Los culés han pasado de la decepción a la alegría y nuevamente a la decepción; y los pericos de la ilusión al conformismo y nuevamente a la ilusión. El Espanyol continúa sin ganar en el RCDE Stadium en la Liga y acaba la primera vuelta siendo colista, y el Barça sigue siendo líder, pero otra vez empatado con el Real Madrid.