Hans-Dieter Flick ha sido muy exigente en todos los sentidos desde que fue presentado como el nuevo entrenador del Barça. Desde el primer día advirtió a todos los jugadores de la plantilla que sería muy estricto, e impuso un código de conducta que no permite que nadie se salte. Y, para empezar, obligó a todos sus pupilos a lucir la equipación del club durante las convocatorias, ya que no quiere que se hable de las vestimentas ni de los outfits de nadie.
Asimismo, un aspecto al cual el entrenador germano le ha dado mucha importancia es a la puntualidad. No permite que nadie llegue tarde, ni a las convocatorias, ni a los entrenamientos, ni a las reuniones. Ni siquiera, a las sesiones de activación o a las charlas técnicas. Y quien lo ha hecho, ha sido castigado de manera ejemplar, como le sucedió a Raphinha Dias en el anterior fin de semana, y pagando las consecuencias, pese a ser una de las estrellas del equipo.
A ’Hansi’ no le importó que sea un fijo en sus alineaciones, y uno de los líderes del vestuario, como demuestra el hecho de que sea el cuarto capitán. No hace distinciones, y el internacional brasileño tuvo que aceptar la sanción por haber sido impuntual, comenzando como suplente en el choque frente al Valencia, en la última jornada de La Liga EA Sports. Y ni siquiera la lesión de Lamine Yamal provocó que el mánager de 60 años hiciera una excepción.
Tampoco la hizo en ningún momento con Jules Koundé, un crack que también ha sido absolutamente imprescindible para Flick. De hecho, el ex del Sevilla y del Girondins de Burdeos tiene el dudoso honor de haber sido el futbolista más castigado en el último año. Ha sido advertido en un total de tres ocasiones, y ya ha sido advertido de que no puede seguir siendo reincidente. Porque a la siguiente, en lugar de la suplencia, puede quedarse en la grada durante varias semanas.
No es una casualidad que estuviera ausente en las dos primeras jornadas que el Barça disputó esta campaña, comenzando en ambas como suplente, y siendo Eric García el elegido para ocupar la banda derecha.
Iñaki Peña y Héctor Fort, sentenciados por Flick
Pero las dos grandes víctimas de Flick han sido Iñaki Peña y Héctor Fort. El primero perdió para siempre la titularidad por llegar tarde a una sesión de activación previa a la semifinal de la Supercopa de España, y la portería la ocupó Wojciech Szczęsny durante el resto del curso. Y el segundo llegó tarde al primer día de entrenamientos de esta pretemporada, por haberse quedado dormido, después de haber celebrado el cumpleaños de Lamine.
Todo esto hizo que quedaran sentenciados por el técnico del Barça, y ambos salieron a préstamo con dirección al mismo equipo, el Elche.