El fútbol español volvió hace una semana pero no de cualquier manera. Como todo el mundo sabe, los partidos se están disputando sin público en las graderías, los futbolistas tienen que seguir un estricto protocolo y los entrenadores pueden hacer cinco cambios. La alteración que está teniendo más incidencia sobre los duelos de la Liga, sin embargo, no está relacionada con estos tres factores.

La modificación que está resultando determinante es ni más ni menos que la pausa para la hidratación. Esta nueva norma, que establece que los jugadores tienen que llevar a cabo una breve parada en los minutos 30 y 75 para beber agua, ha permitido que los técnicos dispongan de una especie de tiempo muerto que utilizan para intentar cambiar las dinámicas de los partidos. Y, contra todo pronóstico, está funcionando.

Leo Messi Reguilon Sevilla Barca EFE

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El mejor ejemplo ha tenido lugar en la primera parte del partido entre el Sevilla y el Barça. Los de Quique Setién han dominado durante la primera media hora, pero entonces ha llegado la pausa y Julen Lopetegui ha podido reconstruir su equipo. Tanto, que sus hombres han podido contener el Barça hasta el descanso.

La pregunta, claro está, es si esta nueva norma es absolutamente necesaria. Cuando la temperatura sea alta y ponga en peligro a los futbolistas sí, nadie lo duda, pero en duelos nocturnos o celebrados en el norte de España es más discutible.

Pero ojo. Que las pausas no sirvan de excusa. Si el Barça no ha ganado en el Nervión ha sido, en parte, porque Setién ha respondido tarde y sin acierto con sus cambios. Que haya alineado un centro del campo con Ivan Rakitic y Arturo Vidal, dejandoa  Arthur y Riqui Puig en el banquillo, tampoco ha ayudado, precisamente.