La primera parte ha hecho saltar todas las alarmas. El repaso del Inter de Milán al Barça -y de Antonio Conte a Ernesto Valverde- ha sido de los que se recuerdan durante muchos años. El conjunto blaugrana ha planteado una presión muy avanzada y los italianos, apostando por el clásico 5-3-2 transalpino, no han tenido ningún inconveniente para salir con la pelota jugada, de manera que han acabado alcanzando el área de Ter Stegen constantemente.

En el segundo tiempo, en cambio, el rumbo del partido ha cambiado radicalmente. El Barça estaba jugando mejor y Valverde, además, ha sustituido a Sergio Busquets por Arturo Vidal, hecho que se ha traducido en un dominio total en campo contrario. El movimiento del técnico blaugrana ha sido muy importante, pero el factor diferencial ha sido la calidad de los jugadores.

Porque el gol del empate, al fin y al cabo, ha llegado gracias a un remate descomunal de Luis Suárez. Su volea desde la media luna, inaccesible para la mayoría de delanteros, ha levantado al Barça y también al público del Camp Nou.

El Inter cuenta con un gran bloque formado por jugadores fantásticos, pero lo cierto es que probablemente ninguno de ellos sería titular en el Camp Nou. Alexis Sánchez, un excelente delantero desterrado de Barcelona, ha sido titular y ha pasado desapercibido. Leo Messi, en cambio, ha reservado su energía para decidir el partido en los últimos instantes. Factor calidad: el Barça tiene los mejores. Que se note cuándo llegue la fase decisiva.