El circuito de Montmeló pasa por un mal momento financiero que podría llevar hasta a la pérdida de la celebración del Gran Premio de Catalunya de Fórmula 1 y del Mundial de Motociclismo e incluso a echar el cierre en el próximo ejercicio, una vez las administraciones públicas parecen estar dispuestas a dejar de subvencionar esta instalación.

Así lo avanza El Confidencial, que asegura que el agujero contable de Montmeló se ha convertido en un cementerio de dinero público y que el pasado martes, durante el consejo de administración de la mercantil Circuits de Catalunya, con mayoría la Generalitat y con participación del ayuntamiento de Montmeló y el Real Automóvil Club de Catalunya (RACC) se puso sobre la mesa la mala situación del equipamiento, con unas cuentas que indican que está al borde del colapso y que cerrará el año con unas pérdidas acumuladas de 32,6 millones de euros.

Las administraciones públicas –Generalitat, Diputación de Barcelona y ayuntamiento de Barcelona– han compensado vía subvenciones a fondo perdido los números rojos del circuito. A modo de ejemplo, en 2018 fueron 9 los millones de euros de pérdidas que se taparon con dinero del contribuyente. Ahora, según el medio citado, la Generalitat i el ayuntamiento barcelonés, quieren poner fin a esas subvenciones, algo que pone en peligro la continuidad de Montmeló.

A esta mala situación se suma la detección de algunas deficiencias, principalmente el hecho que el director de la instalación, Joan Fontseré, habría autorizado pluses salariales fuera de convenio para la cúpula del organismo por importe de 722.904 euros, tal y como adelantó El País en enero a partir de un informe que detectó contrataciones irregulares de trabajadores temporales y graves anomalías en el sistema de adjudicación de contratos menores.

Lo crítico de la situación llevó el mismo martes a que el presidente del consejo de administración durante los últimos nueve años, Vicenç Aguilera, presentara su dimisión, aunque fuera alegando motivos personales.