Lo que en Inglaterra pensaban que sería una jornada histórica se ha convertido en el peor de los bochornos.

Y es que la derrota de los Three Lions en la tanda de penaltis contra Italia en la que era su primera final de una Eurocopa es en estos momentos el menor de los problemas de Inglaterra, que ha visto como su imagen se ha ido por los suelos por los acontecimientos de las últimas 24 horas, en la que las redes sociales se han llenado de imágenes vergonzosas que han rememorado tiempos pretéritos en los que los temidos hooligans imponían el terror allí donde iban.

Insultos racistas contra Rashford, Sancho y Saka

Rashford, Jadon Sancho y Saka. 23, 21 y 19 años. Estos son los 3 jugadores que fallaron en la tanda de penaltis contra Italia y que en las últimas horas han sido víctimas de insultos racistas por parte de aficionados ingleses, unos hechos deleznables que han hecho encender todas las alarmas. "La FA condena enérgicamente todas las formas de discriminación y está consternada por el racismo que se ha dirigido a algunos de nuestros jugadores de Inglaterra en las redes sociales. No podríamos tener más claro que cualquiera que esté detrás de un comportamiento tan repugnante no es bienvenido en seguir al equipo. Haremos todo lo que podamos para apoyar a los jugadores afectados e instamos a que los responsables reciban los castigos más duros posibles", ha afirmado al respecto la Federación de Inglaterra a través de un comunicado.

"Este equipo de Inglaterra merece ser elogiado como héroes, no abusado racialmente en las redes sociales. Los responsables de este espantoso abuso deberían avergonzarse de sí mismos", ha escrito en Twitter, por su parte, Boris Johnson, el primer ministro británico.

"En las últimas 24 horas, a través de una combinación de automatización basada en aprendizaje automático y revisión humana, hemos eliminado rápidamente más de 1.000 Tweets y hemos suspendido permanentemente varias cuentas por violar nuestras reglas”, ha anunciado Twitter.

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Saka ha sido uno de los jugadores que ha recibido insultos racistas / EFE

Caos y vergüenza en Londres

La organización de las semifinales y la final de la Eurocopa era considerada una prueba piloto de cara a las pretensiones de Inglaterra de acoger el Mundial de 2030, que se celebrará en Europa, un objetivo que ha entrado en cuarentena por motivos obvios. Y es que Londres vivió ayer una jornada de caos y vergüenza, con miles de personas descontroladas por sus calles, una guerra de botellas en Leicester Square, en pleno centro, agresiones en el metro y en los aledaños de Wembley y hasta la invasión de aficionados sin entrada al estadio.

Varias personas presentes en Wembley, como el periodista y escritor Simon Kuper, denunciaron que en las gradas había más personas que asientos, un tema espeluznante tanto por motivos de seguridad como por las medidas contra la pandemia por las que, supuestamente, el aforo tenía que estar limitado.

Tras el partido, la Policía de Londres comunicó que se habían detenido a 49 personas y que 19 agentes había sido heridos de diferente consideración. También se denunciaron varias agresiones a aficionados italianos, que como sucedió con los daneses sufrieron en sus propias carnes la violencia de los hooligans.

A ello hay que añadir la minimizada presencia de aficionados italianos, pues los que fueron a Wembley eran residentes en Inglaterra, ya que las medidas inglesas evitaron ningún tipo de desplazamiento. ¿Qué habría pasado si en Londres hubieran viajado entre 30.000 y 40.000 italianos?

Temor a un aumento de violencia machista por la derrota de Inglaterra

Una vez terminada la final, y confirmada la debacle inglesa, proliferaron por las redes sociales personas que cedían una habitación en sus viviendas para todas aquellas mujeres que quisieran pasar la noche fuera de casa. Y es que según un estudio publicado por el Centro Nacional por la Violencia Doméstica del Reino Unido, la violencia machista aumenta en un 26% cuando juega la selección inglesa, un porcentaje que se dispara hasta el 38% si el equipo pierde. 

Si a ello añadimos que Inglaterra no perdió este domingo un partido cualquiera, sino una final que llevaban 65 años esperando, y viendo el caos vivido durante toda la jornada, había motivos más que suficientes para que se encendieran todas las alarmas.

 

Imagen principal: seguidores ingleses, antes del inicio de la final de la Eurocopa / EFE