Jude Bellingham ha vuelto a jugar, pero su regreso no está siendo el que muchos esperaban. El inglés, que debía recuperar el trono del centro del campo del Real Madrid, se ha encontrado con un panorama muy distinto al que dejó antes de su lesión. No solo le falta ritmo y confianza, sino que además está empezando a tener problemas serios con dos compañeros del vestuario: Arda Güler y Mastantuono.
Su lesión en el hombro lo mantuvo apartado durante semanas. Tras el Mundial de Clubes, el jugador decidió pasar por el quirófano para acabar de una vez por todas con esas molestias que arrastraba desde el inicio de la temporada. Quería volver al cien por cien, ayudar al equipo y justificar los 130 millones de euros que el club pagó por él. Y aunque sí logró el alta médica y deportiva antes de tiempo, su entrega no está siendo suficiente.
Bellingham no recupera su mejor versión
El ritmo competitivo le está costando más de lo esperado. Contra el Getafe, volvió a la titularidad, pero su actuación fue gris. Pérdidas, pases erráticos y poca presencia ofensiva. Xabi Alonso lo sabe: Bellingham todavía no ha alcanzado su mejor versión.
Mientras tanto, durante su ausencia, Arda Güler ha aprovechado su oportunidad. El turco se rinde bien en el mediocampo, conecta con Mbappé, y marca goles decisivos. Su rendimiento es tan alto que incluso parte del vestuario lo considera ya indiscutible en escenarios importantes. A eso se suma la irrupción del joven Mastantuono. Una apuesta del club blanco que está mostrando una gran ambición. Ambos han ganado terreno, y eso ha incomodado al inglés.
Bellingham siente que su lugar ya no está asegurado. Algo impensable hace unos meses. Ha empezado a mostrarse más tenso en los entrenamientos, y algunos gestos hacia Güler no han pasado desapercibidos. La relación entre ambos, según fuentes del entorno madridista, es cordial pero fría. No hay discusiones abiertas, pero sí distancia. Con Mastantuono, la situación es parecida: respeto, pero cierta rivalidad silenciosa.
Güler y Mastantuono adelantan por la derecha a Bellingham
Xabi Alonso, que no regala minutos a nadie, ha dejado claro que la meritocracia manda. El técnico aprecia el talento de Bellingham, pero no está dispuesto a alterar el equilibrio del equipo por nombres. Si Güler y Mastantuono rinden mejor, seguirán jugando. Y eso es lo que realmente preocupa al inglés.
El exjugador del Borussia Dortmund no soporta el papel de suplente. No lo hizo en Alemania ni con la selección inglesa, y no lo hará en Madrid. Pero esta vez el contexto es distinto. El equipo funciona sin él, y el entrenador no parece dispuesto a hacer excepciones.
La situación empieza a ser grave. Porque Bellingham, uno de los símbolos del nuevo proyecto, está atrapado entre su competencia directa y la exigencia brutal del Real Madrid. Si no recupera su sitio pronto, el vestuario podría convertirse en un campo de batalla interno.