La batalla entre el Bayern de Munich y el Real Madrid perfectamente podría ser una final de la Champions League. Y los seguidores blancos y los bávaros lo saben. Pero los alemanes, que defienden el partido de ida en el Allianz Arena, lo harán con un espíritu de revancha. Por encima de todo estará el recuerdo de las dos últimas eliminaciones en manos del Madrid.

Todavía escuece la expulsión de Arturo Vidal en los cuartos de la temporada pasada, y también se acuerdan de los goles en fuera de juego de Cristiano Ronaldo. Pero de nuevo serán 180 minutos de altísimo nivel de fútbol y con la gran incógnita de saber qué puede ofrecer el crack portugués del Real Madrid.

Cristiano, el factor diferencial

La bestia negra de media Europa se llama Cristiano Ronaldo. Gracias a él, el Real Madrid ha ganado tres de las últimas cuatro Champions. Después de un flojo inicio de temporada el portugués ha vuelto a llegar al tramo final como una fiera, un depredador del área que necesita muy poco para marcar las diferencias.

Y Cristiano marca sin descanso en la Champions. Sus goles llevan al Madrid a ser el gran favorito para volver a levantar a la orejuda, y para empezar a acercarse han de superar a un Bayern que el portugués conoce muy bien. Nueve goles en seis partidos es el registro que les da miedo en Munich.

Sin dudas y en una forma ideal llegan los blancos. Volverán al 4-4-2, con el dominio del medio del campo, de la pelota y letales al contragolpe. Quizás esta vez el Bayern le discutirá la posesión. La única duda es saber si Isco o Bale acabarán de completar un once bastante claro y definido de Zinedine Zidane.

El triplete de Heynckes

En Munich ya piensan con los recuerdos, que Jupp Heynckes ya eliminó el Madrid en el 2012, y que con el veterano entrenador se consiguió el último triplete y este año aspiran a repetir el éxito. También confían en una gran ida en casa, para dejar la eliminatoria de cara y con un ambiente infernal para someter a los blancos.

El Bayern es un equipo que no le queda más que confiar en sus estrellas, en las genialidades de sus jugadores y con un Robert Lewandowski que sea un quebradero de cabeza para los blancos, tal como lo fue en aquella eliminatoria cuando jugaba con el Dortmund. Tres goles en un partido y el Madrid se fue de la Champions con la cola entre las piernas.