El Barça ha actuado por el principio de acción-reacción con una campaña desconcertante en apoyo a Leo Messi. Quizás porque el argentino se habría planteado marcharse, por un motivo de justicia o porque los aficionados lo pidieron. El club blaugrana ha creado una polémica inadmisible.

Se ha hablado de las causas, las consecuencias y la relación del jugador con el club. Está bien que una entidad defienda a los suyos. Todo el mundo busca las mejores soluciones para los más próximos, pero se tiene que saber cuáles son las maneras más adecuadas. La acción de apoyo al argentino es lo que más desentona del conflicto.

Ni ético ni justo

El Barça ha destacado que defiende la ética, el principio de igualdad y de la justicia, porque Messi ha devuelto todo lo que tenía que pagar. Pero eso no es así. Cometer un delito fiscal y dar apoyo al defraudador, que ha aceptado la culpa pagando el dinero que debía a Hacienda, no es una relación éticamente posible. La justicia ha sido igualitaria y coherente con su decisión. Tres delitos por fraude fiscal a razón de siete meses de prisión por cada uno es una condena adecuada. Se podría discutir la decisión, sí, pero no puede ser que salga indemne.

Los 21 meses de prisión han sido una resolución adecuada y largamente argumentada. Si el pago de Messi para regularizar su situación, es la prueba de que el jugador admite el fraude, también lo ha salvado de ir a prisión. En caso de que no hubiera hecho este pago por la deuda con la Agencia Tributaria, las penas de siete meses por cada delito se habrían duplicado.

De este caso, la única cosa que es criticable es la actitud del club. El Barça se ha equivocado desde el principio queriendo ir más allá de un apoyo privado y otro de público a través de un comunicado. Si a todo eso añades una campaña que da paso a implicar personas ajenas al caso, se convierte en un error garrafal. El club blaugrana se ha vuelto a escudar en posibles problemas externos y ha asegurado que está en contra de la sentencia de la Audiència de Barcelona porque busca una "justicia material" que quede alejada de posibles intereses ajenos.

Sin delito

Según fuentes jurídicas consultadas por El Nacional, esta campaña de #TodosSomosLeoMessi no podría ocasionar en ninguno de los casos un problema jurídico para el club. El Barça ha hecho una propuesta inadecuada y poco meditada, pero dentro de los marcos permitidos y sin repercusiones. Es uno más de los pequeños errores que iban con buena fe y que acaban siendo trampas mortales.

El entorno blaugrana es un mundo diferente. De una denuncia de un socio salió el caso Neymar. La transparencia y la voluntad de escuchar la verdad son condiciones sine qua non en can Barça. Y no fuera que alguien quisiera alguna explicación de la campaña en cuestión e interpusiera una querella, cosa que tampoco sorprendería.

El club puede estar tranquilo en esta remota circunstancia porque la querella no prosperaría. Aunque las formas del Barça y la intención no han sido las más acertadas, en esta acción no aparece ningún delito.

El aficionado culé toma partido

Otra cosa que no puede ser buena es que en algunos casos la opinión del socio no cuente para nada, y en otros sea el gran influenciador del club. Según el portavoz del Barça, Josep Vives, esta campaña fue una consecuencia de la demanda de los aficionados.

Parece que en las redes sociales no debe haber esta gente que reclama el apoyo a Messi por haber cometido un delito de fraude fiscal. El alboroto creado ha sido inmenso. Las críticas se han repartido a diestro y siniestro y sin miramientos.

La indecencia del Barça

Un único comunicado habría sido la mejor solución. La empresa apoya al trabajador y punto. No tendría que haber tomado más partido en el conflicto. El Barça ha metido baza y se ha excedido en sus obligaciones.

El mejor club del mundo actúa de manera correcta en ocasiones y en otras se equivoca. Cuando se hacen las cosas bien, todo el mundo sonríe y es feliz. Cuando hay dificultades, las miradas van dirigidas al Camp Nou. Pero lo que no tendría que pasar es que se creen conflictos de allí donde no hay.