El mercado de fichajes es un dominó gigante en el cual la caída de una pieza provoca varios movimientos en el instante. Un buen ejemplo de este hecho lo han protagonizado este verano el Barça, el Atlético de Madrid y el Benfica. La secretaría técnica blaugrana fichó a Antoine Griezmann a cambio de 120 millones de euros, dinero que los colchoneros utilizaron para firmar a Joao Félix, promesa del Benfica. Posteriormente, y después de vender a su delantero estrella, los portugueses pudieron pagar los 20 millones que el Real Madrid solicitaba por Raúl de Tomás.

Ahora, el Barça podría haber iniciado un nuevo movimiento en cadena que perjudicaría, y mucho, a su rival ciudadano, el Espanyol. Este domingo, el club blaugrana oficializó el fichaje del bético Junior Firpo a cambio de 18 millones de euros más 12 en variables, una cifra que la entidad de Benito Villamarín pretende utilizar para fichar al perico Borja Iglesias.

Borja Iglesias Betis Espanyol EFE

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Este verano, los club andaluz se ha quedado en propiedad Giovanni Lo Celso (22 millones) y ha fichado a Nabil Fékir (20), Juanmi (8), y Dani Martín (5), hecho que supone un gasto total de 55 millones de euros. Hasta ahora, en cambio, sus bajas no habían alcanzado cifras tan altas. Con los traspasos de Pau López (23,5), Sergio León (4), Ryad Boudebouz (3,5), Takashi Inui (2) y Darko Brasanac (1), el Betis había conseguido 34 millones de euros.

Sumando los 18 millones que el Barça ha pagado al Betis, sin embargo, la entidad verdiblanca tiene un balance prácticamente idéntico de ingresos (52 millones) que de gastos (55 millones). O dicho de otra manera: mucho más músculo económico para pagar la cláusula de 28 kilos de Borja Iglesias. El jugador, según apuntan varias fuentes, ve con buenos ojos la oferta andaluza y espera poder reencontrarse con Rubi en el Villamarín.