Un Barça de circunstancias y lleno de caras nuevas no puede pasar del empate contra el Celta de Vigo en Balaídos (2-2). Las ocho paradas de Ter Stegen alargan el récord de imbatibilidad en la Liga hasta los 40 partidos y difuminan la expulsión de Sergi Roberto.

Todos los cambios de golpe

Ernesto Valverde, reticente a dar descanso a sus titulares, cambiaba de arriba abajo la alineación. Con la Liga en el bolsillo y eliminados de la Champions, la final de la Copa del Rey era una prioridad. Valverde se ha entregado a los cambios para dibujar un once sin ningún futbolista formado en La Masia. Nueve extranjeros y ningún catalán. A las antípodas del Barça que ganó contra el Levante el año 2012 con once canteranos.

Leo Messi y Luis Suárez veían desde el banquillo como Ter Stegen se colocaba el brazalete de capitán y lideraba al equipo desde la portería . Él y Philippe Coutinho eran los dos únicos titulares. Rotaciones masivas para que el criticado fondo de armario levantara la voz y protegiera el récord.

El experimento era una incógnita por inédito. No había precedentes. Pero los primeros resultados no han sido malos. El Barça ha salido muy conectado, con la lección aprendida para cortocircuitar la presión desafiante del Celta. Denis Suárez personificaba las dos caras de los blaugrana: clarividentes en ataque y dubitativos en defensa. Los errores de Denis daban aire al 3-4-3 de los gallegos y Ter Stegen mantenía el empate con paradas más propias de un portero de balonmano.

Coutinho movía al equipo a su aire. Y una recuperación suya ha acabado con el primer gol en la Liga de Ousmane Dembélé. Paco Alcácer ha habilitado al francés a la carrera para que hiciera el 0-1 de volea. La diferencia estaba en las áreas: en las manos de Ter Stegen y en la pierna izquierda de Dembélé.

Un error de André Gomes ha tirado por el suelo el trabajo de los primeros 45 minutos. Antes del descanso, un pase horizontal del mediocampista portugués ha catapultado el contragolpe de un Celta que ha acabado abrazándose en el córner después del gol de Jonny.

Con Messi también se sufre

El Barça jugaba con un as en la manga. Messi se ha atado las botas para pasar de espectador a actor. Valverde ha vuelto a regalarle media hora. Los silbidos de Balaídos que acompañaban su entrada eran premonitorios: el público sabía que empezaba un partido nuevo. Y a los cuatro minutos ha cambiado el marcador. Casualidad o causalidad. Alcácer ha rematado un centro de Nélson Semedo que entraba llorando en la portería del Celta. 1-2.

Sergi Roberto, que había entrado al lado de Messi, hacía de Sergio Busquets. Una navaja suiza que se ha roto a los 10 minutos. Roberto ha agarrado a Iago Aspas cuando corría hacia Ter Stegen con la pelota controlada. Falta y expulsión. Sin embargo, Valverde podrá contar con él para la final de Copa.

Al Barça le tocaba sobrevivir y proteger los tres puntos. Con Messi descolgado, el equipo se replegaba en dos líneas de cuatro que lo fiaban todo a ver cómo pasaba el tiempo. Aspas ha castigado la falta de ambición haciendo el 2-2 con el brazo gracias a un mal rechazo de Ter Stegen.

Nadie era capaz de sacarle la pelota al Celta. Los gallegos olían sangre. Y el récord temblaba. Lucas Digne ha desviado una pelota sobre la misma línea de gol antes de escuchar un silbato final que deja al equipo a sólo seis puntos de su séptima Liga en los últimos 10 años.