Marc Cucurella, de forma sorprendente, ha sido colocado en la lista de transferibles por parte del Chelsea. Después de hacer una inversión estratosférica en el mercado invernal, ahora quieren hacer varias ventas en verano, pues la plantilla es excesivamente larga. Y uno de los señalados para tener que hacer las maletas es el internacional español, que apuntaba a ser una de las estrellas del equipo después de su llegada hace unos meses.
Invirtieron mucho dinero por él, pagando cerca de 70 millones de euros, pero Thomas Tuchel no acabó de darle la confianza necesaria. Y todo hacía indicar que el panorama cambiaría después del despido del técnico germano y la llegada de Graham Potter, que lo conocía perfectamente, después de haberlo dirigido en las filas del Brighton & Hove Albion la campaña anterior. Pero nada más lejos de la realidad, y la situación no ha hecho más que empeorar.
El ex del Getafe o del Eibar ha perdido aún más importancia, y en estos momentos es suplente habitual. Todd Boehly ya se ha reunido con el lateral zurdo y con sus representantes, para comunicar que deben de iniciar la búsqueda de un nuevo destino. Y entre las opciones que barajaban, estaba sobre la mesa un posible regreso al Barça. Así que no se lo habían pensado dos veces antes de ponerse en contacto con Joan Laporta y Mateu Alemany.
Por desgracia, esta opción ha tardado poco tiempo en ser descartada por Xavi Hernández. Está más que satisfecho con Alejandro Balde, que se ha consolidado como el propietario del carril izquierdo del Camp Nou, y con Marcos Alonso, que recientemente ha renovado su contrato por otro año más. Y a ellos dos hay que sumar a Jordi Alba, que sigue siendo un candidato a marcharse, pero por el momento no tiene ofertas.
‘Cucu’ no tiene espacio en la plantilla que dirige el técnico de Terrassa, y ha comunicado al presidente que no quiere saber nada de él. Además, su coste no sería reducido.
Cucurella, arrepentido por dejar el Barça
La vida de Cucurella podría haber cambiado de forma radical en caso de tener un poco más de paciencia, y esperar su turno en el Barça. Pero tenía prisa por jugar en la élite, y eso le llevó a marcharse al Coliseum Alfonso Pérez, y después iniciar un periplo por la Premier League.
Si se hubiera quedado, quizás él podría haber sido el sucesor de Jordi Alba, y no Balde, como ha acabado ocurriendo.