Antoine Griezmann tiene todos los números para convertirse, por segundo verano consecutivo, en el futbolista que agite el mercado de fichajes. Su cláusula de rescisión de 100 millones de euros es asequible para los grandes clubs de Europa y el Barça ya se ha apresurado a convencer al entorno del futbolista para acabar vistiéndolo de blaugrana.
La exhibición de Griezmann en la final de la Europa League contra el Olympique de Marsella, marcando los dos primeros goles y fabricando el tercero, puede suponer un punto de inflexión en su relación, a veces conflictiva, con el Atlético de Madrid.
Presión al jugador
"Cuando me marché de casa con 14 años fue para conseguir títulos y ojalá vengan más", dijo Griezmann sobre el césped después de escuchar el silbato final y sabiéndose MVP de la final. Más tarde, en rueda de prensa, no valoró nada que no fuera la tercera Europa League de los colchoneros: "Creo que no es el momento de hablar de mi futuro. Era un sueño ganar un título con el Atlético, con el Cholo -Diego Simeone- y con mis compañeros".
EFE
El vestuario sabe que retener Griezmann es el primer paso para acabar la temporada siguiente levantando otro título. El delantero francés, en plenitud física y mental a sus 27 años, es un activo diferencial para un club que rentabiliza al máximo sus goles como el Atlético de Madrid. "No sé si tiene que pensar algo, quizás siempre ha pensado en quedarse...", decía Saúl Ñíguez. "No se puede marchar, será el jugador más importante", resumía el capitán Gabi Fernández. "Seguro que el próximo año estará con nosotros", añadía Lucas Hernández. La plantilla tiene muy claro el discurso: presión mediática para desnivelar la balanza.
El club también sabe que la continuidad de Griezmann supondría un mensaje único para los rivales. El Atlético de Madrid quiere desprenderse de la etiqueta de 'club vendedor' porque ha ganado músculo económico para poder retener a uno de los mejores jugadores del mundo. "Dependerá de sus sensaciones. Tiene que decidir si quiere hacer historia en el Atlético o marcharse a un club donde nunca lo hará". Así de contundente se mostró Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado de los colchoneros, antes de asegurar que trabajan con cualquier hipótesis, aunque el delantero ya tiene una propuesta de renovación: "No soy optimista ni pesimista".
Griezmann necesita alicientes para replantearse su futuro. Quiere ganar -más- títulos después de haberse consolidado como el delantero titular de la selección francesa, que volverá a liderar, como hizo durante la Eurocopa, en el próximo Mundial de Rusia. "Todavía hay situaciones que lo pueden acercar a seguir con nosotros", puntualizaba esperanzado Simeone, el gran culpable de su explosión goleadora.
Marcharse como un rey
Cambió la Real Sociedad por el Atlético de Madrid el verano del 2014. Y en sus primeros días en el Vicente Calderón, Griezmann ya levantó el primer título, la Supercopa de España contra el Real Madrid. Un trofeo huérfano de compañía en su palmarés hasta este miércoles.
El Barça, que cierra la temporada con un doblete, tiene a favor la carta de los títulos y del fútbol ofensivo. Jugar en el Camp Nou se ha convertido en los últimos años en un seguro para coleccionar medallas de Ligas, Copas y Champions.
La Europa League puede resolver la ecuación. Griezmann quiere tener claro su futuro antes de que empiece el Mundial -14 de junio- y el Barça quiere aprovechar una oportunidad de mercado para asegurarse el futuro de un aspirante al Balón de Oro.