Ansu Fati pone rumbo al Principado. El canterano, al que muchos aún ven como una promesa frustrada, probará suerte en el Mónaco, en la Ligue 1. Un alivio para el club, teniendo en cuenta su elevado sueldo y que no cuenta para Hansi Flick. Pero ojo, porque Ansu podría no viajar solo. El Mónaco ha puesto el foco en otro nombre importante del vestuario culé. Y no estamos hablando de un jugador de tercera línea como Ansu Fati.
Con su talento en entredicho y su sueldo convertido en un problema para el club, Fati ha aceptado rebajar su ficha para facilitar la operación. El acuerdo con el Mónaco incluye una cesión con opción de compra que ronda los 11 millones de euros, una cifra modesta para un jugador que fue presentado como heredero de Messi. Además, el Barça se cubre las espaldas: tendrá una opción de recompra por si Ansu por fin explota lejos del Camp Nou.
El Mónaco quiere algo más que Ansu Fati
Pero como decíamos, Ansu Fati podría no salir solo. El Mónaco tiene otro objetivo. Según información avanzada por L’Équipe, el conjunto monegasco ha preguntado por Marc-André ter Stegen, que atraviesa un momento delicado en su carrera.
A sus 33 años, el portero alemán ve cómo su rol en el equipo se tambalea. El fichaje de Joan García, la joven promesa del Espanyol, unido a la renovación de Szczęsny como suplente, deja al actual capitán sin hueco claro. Ni de titular, ni de segundo.
Hace unas semanas Ter Stegen se pronunció sobre el asunto, asegurando que no tenía intenciones de moverse del Barça. Sin embargo, fue cambiando su discurso a medida que Joan García se acercaba al club azulgrana. Y a día de hoy ya no lo tiene tan claro. Por lo menos no se pronuncia sobre esta carpeta.
El Mónaco quiere a Ter Stegen en el pack
Asimismo, aunque su entorno insiste en que quiere seguir, el interés del Mónaco no le desagrada al capitán. Juegan Champions, ofrecen un entorno menos exigente y, sobre todo, minutos. Algo necesario si quiere tener garantizado el puesto de portero titular en la Selección Alemana en el Mundial 2026. En caso de querer salir, el club le daría la carta de libertad, siempre y cuando renuncie al salario restante.
La maniobra permitiría al Barça registrar fichajes pendientes y aligerar masa salarial. Sería una salida limpia, sin dramas, pero que marcaría el final de una era. Porque si Fati representa lo que no llegó a ser, Ter Stegen simboliza todo lo que el Barça fue en sus mejores momentos, pero también en los peores.