El futuro de Ansu Fati vuelve a colocarse en el centro del foco. Pero no por lo que hace en el campo, sino por lo que pide fuera de él. El futbolista que un día fue presentado como el heredero natural de Leo Messi ya no tiene hueco en el Barça. Hansi Flick, que no da rodeos, se lo ha dejado claro desde el primer contacto: no cuenta con él. Ni como titular, ni como suplente de lujo. Nada de nada. Ansu es pasado.

Y aun así, el jugador no está dispuesto a renunciar a nada. Quiere salir, pero no a cualquier precio. Y tiene una petición imposible: Cobra 14 millones de euros brutos por temporada y no rebajar ni un euro de su sueldo sea cual sea su futuro. Para cualquier club del segundo escalón europeo, es una cifra completamente desorbitada. Para el Barça, directamente, es un problema estructural.

Barça Mallorca Ansu Fati EFE
Barça Mallorca Ansu Fati EFE

Ansu Fati insiste en mantener su sueldo íntegro

El AS Mónaco ha sido el primero en llamar con interés real. El club monegasco ve a Ansu como una posible oportunidad si logra recuperar parte del brillo perdido. Han hablado con su entorno, han analizado su estado físico, e incluso han empezado a valorar la operación con su dirección financiera. Pero en el momento en que se ha puesto sobre la mesa el sueldo que pide mantener, las señales de alarma se han disparado. El Mónaco, como mucho, podría asumir entre el 30 y 40% de esa cifra. Y ahí está el bloqueo.

Mientras tanto, el Barça necesita hacer espacio salarial como sea. La dirección deportiva tiene claro que Ansu no puede quedarse ocupando una ficha tan alta sin aportar. Flick ya le ha comunicado que, de seguir, no tendrá ni minutos residuales. Es un mensaje que no se presta a dobles lecturas. Pero el jugador insiste: no quiere renunciar a su contrato. Y eso, en el contexto actual del club, es pedir un imposible.

Ansu Fati, durant un entrenament amb el Barça / Foto: FC Barcelona
Ansu Fati / Foto: FC Barcelona

En el Barça, su sitio estará en la grada

La situación ha generado incomodidad en el vestuario y tensión en los despachos. Nadie duda de que Ansu ha trabajado para recuperar su forma. Ha cuidado su alimentación, su descanso y su cuerpo. Pero el rendimiento no llega, y el club no puede permitirse seguir esperando. A los ojos de muchos, mantener esa postura es una muestra de que Ansu aún no ha entendido que su ciclo en el club azulgrana ha terminado.

Ahora mismo, el escenario más probable es una cesión condicionada, con parte del salario repartido entre el Barça y el equipo receptor. Hay conversaciones abiertas con otros clubes además del Mónaco, pero la historia se repite: el sueldo es una barrera. Y el tiempo corre.

El mercado de verano es largo, pero en este caso, cada semana que pasa aumenta el desgaste. Ansu quiere salir ya, el Barça quiere que salga ya. Pero mientras él siga exigiendo lo que ningún club está dispuesto a asumir, el callejón sigue sin tener salida.