La Juventus ha realizado un primer tanteo por Ronald Araújo que ha despertado malestar en el FC Barcelona. El club italiano ha deslizado la posibilidad de una oferta en torno a los 30 millones de euros, una cifra muy alejada de las aspiraciones económicas del conjunto azulgrana. Aunque no se trata de una propuesta oficial, el mero hecho de que un equipo del calibre de la Juve valore al central uruguayo en esa cantidad deja entrever una pérdida de peso del jugador en el mercado europeo.
Lo llamativo en este caso no es solo la cantidad en cuestión, sino el contexto en el que se produce. Araújo ha dejado de ser una pieza intocable en la defensa del Barça. En el último curso ha pasado a un segundo plano dentro del equipo, hasta el punto de convertirse en el cuarto central de la plantilla. Incluso Eric García ha gozado de un mayor protagonismo que él a ojos del cuerpo técnico. Esta pérdida de jerarquía deportiva se ha traducido directamente en una caída de su valor de mercado, algo que no ha pasado desapercibido para los clubes que siguen de cerca al defensor.

Por parte del Barça, sin embargo, la respuesta ha sido tajante. Aunque la dirección deportiva contempla posibles salidas este verano para cuadrar balances, no se contempla vender a Araújo por debajo de los 60 millones de euros. Esa es la cifra que se ha fijado como referencia mínima para cualquier negociación. No es ningún secreto que el club necesita ingresos, pero también busca proteger sus activos evitando operaciones que dejen una imagen de devaluación institucional.
Cabe destacar que la postura del Barça obedece tanto a una lógica financiera como simbólica. A pesar del descenso en su rol dentro del equipo, Araújo sigue siendo un futbolista con contrato vigente, experiencia internacional y cualidades valoradas en el fútbol de élite.
Entre el valor real y el valor percibido
El tanteo de la Juventus ha puesto sobre la mesa una brecha evidente entre el valor que el Barça atribuye a Ronald Araújo y el que proyecta el mercado. La pérdida de continuidad, unida a las dudas físicas que ha arrastrado, han restado impacto a su figura dentro y fuera del vestuario. Por otro lado, su condición de transferible tácito alimenta las percepciones de que el club podría verse forzado a vender, lo que contribuye a que los pretendientes tanteen con ofertas a la baja.
Lo destacable en este caso es que el Barça no quiere aceptar esas condiciones. La cifra de 60 millones actúa como barrera disuasoria, destinada a filtrar posibles interesados que no estén dispuestos a invertir en serio por el jugador. El club mantiene así una posición firme, consciente de que aceptar cifras como las planteadas por la Juventus supondría validar una infravaloración que podría repercutir negativamente en otras operaciones.
En definitiva, más allá de que Araújo haya perdido protagonismo, el Barça pretende defender su tasación hasta el final. La intención es clara: si hay venta, será por una cantidad que respalde la operación tanto en lo económico como en lo simbólico.