El Real Madrid salió de Anfield con más dudas que certezas. La derrota por 1-0 ante el Liverpool fue un golpe duro, pero lo peor llegó después: dentro del vestuario, varios jugadores comenzaron a señalar al verdadero culpable. No miran a la defensa. Miran más arriba.
El equipo de Xabi Alonso fue superado en todos los aspectos. El Liverpool dominó, presionó y asfixió al Madrid desde el minuto uno. Si el marcador no fue más abultado fue gracias a Thibaut Courtois, que volvió a sostener al equipo con paradas imposibles. Sin él, la noche habría sido una humillación.

Defensa desbordada por la nula presión en ataque
Entre los pocos que se salvaron, Álvaro Carreras y Éder Militao. El lateral cumplió en su banda. Salah apenas lo superó. Militao, por su parte, tuvo que multiplicarse para tapar los errores de su compañero Huijsen. Pero ambos coincidieron en algo tras el pitido final: el problema no está atrás.
Según fuentes del vestuario, tanto Carreras como Militao comentaron que la defensa “no puede resistir sola” si los de arriba no ayudan. El equipo sufre cuando los atacantes no presionan. “Nos llegan demasiado fácil”, se escuchó decir en los pasillos del estadio.
No es una queja nueva. Varios futbolistas creen que el plan táctico no funciona cuando Vinícius y Mbappé juegan juntos. Ambos son determinantes en ataque, pero presionan a la carta. En partidos grandes, eso se paga. Liverpool lo aprovechó. Cada salida desde atrás era una invitación al caos.

Courtois también señala a los delanteros
Bellingham y Güler, encargados de equilibrar el centro del campo, tampoco ayudaron demasiado. El inglés estuvo irregular, sin presencia defensiva, y el joven turco perdido entre líneas. El resultado fue un Madrid partido en dos, incapaz de robar y sin respuesta ante la intensidad rival.
Militao y Carreras no fueron los únicos en levantar la voz. Otros jugadores, según se comenta, también apuntaron a la falta de presión colectiva. Algunos incluso se atrevieron a señalar a Xabi Alonso, por insistir en un plan que deja desprotegida a la zaga.
La tensión en el vestuario fue evidente. Courtois, visiblemente enfadado, entró directo al vestuario sin saludar a nadie. Su actuación fue brillante, pero se fue con la sensación de que el equipo no estuvo a la altura. El belga pidió más compromiso y actitud, especialmente de los jugadores ofensivos. El resultado en Anfield fue solo un aviso. Si nada cambia, puede ser el comienzo de una tormenta en el Real Madrid.