Ha nacido una estrella. Su nombre es Adriana Cerezo, taekwondista que con solo 17 años se ha quedado a 5 segundos de lograr la medalla de oro en la categoría de -49kg.

En un último tiempo espectacular, Cerezo ha remontado un 9-7 y se ha puesto 9-10, pero cuando solo quedaban 5 segundos la tailandesa Panipak Wongpattanakit, bronce en Río de Janeiro y doble campeona del mundo, ha logrado el golpe definitivo para acabar imponiéndose 11-10. "Mi objetivo es el oro", afirmaba Cerezo antes de viajar a la capital nipona. Se ha quedado a 5 segundos, una medalla de plata que no desluce en absoluto su estelar aparición. Y es que Cerezo ha florecido en Tokio. En París, dentro de solo 3 años, Adriana Cerezo tendrá una nueva oportunidad de desquitarse y cambiar la plata por el oro.

Un sábado encadenando exhibiciones

A pesar de su derrota ante Wongpattanakit, Cerezo ha completado una actuación en Tokio realmente espectacular, pues si participación ha sido una auténtica exhibición que ha dejado a todos patidifusos. Tras un inicio tímido ante la serbia Bogdanovic, Cerezo se ha dejado ir en el segundo tiempo hasta pasar de ronda, donde ha empezado el espectáculo. Y es que su rival era nada más y nada menos que la china Wu Yingyu, campeona olímpica en Pekín 2008 y Londres 2012, a la que ha superado por un impresionante 33-2.

Cerezo estaba ya en semifinales, pero no se ha relajado, pues en la siguiente ronda ha vuelto a exhibirse, contra la turca Yildirim, una experimentada taekwondista que no ha tenido más remedio que rendirse a la evidencia, pues Cerezo la ha vencido 39-19. 

Adriana Cerezo EFE

 

Adriana Cerezo, tras lograr la clasificación para la gran final / EFE

Pasión por Jackie Chan, Bruce Lee y el Barça

Adriana Cerezo no habría llegado a Tokio 2020 si su abuelo Jose no le hubiera transmitido su pasión por las películas de Jackie Chan y Bruce Lee. A la pequeña le atrajeron las artes marciales al instante y con solo 11 años entró en el gimnasio Hankuk de Alcalá de Henares, para iniciar su meteórico ascenso a la élite del taekwondo. No dejó de entrenar ni durante el confinamiento, en casa, hasta el punto de provocarle una fisura a su padre en una costilla.

Además del taekwondo, Adriana Cerezo sigue muy de cerca el fútbol, y especialmente el Barça, el club del que es seguidora, además de haber decidido estudiar criminología, especialidad que empezará a estudiar este mismo año.

 

Imagen principal: Adriana Cerezo, tras perder la final en Tokio / EFE