La temporada 2025-2026 de la NBA no ha comenzado oficialmente, pero Ace Bailey ya es uno de los nombres más comentados fuera del parqué. El joven alero, que en un principio estaba considerado como uno de los tres mejores prospectos del draft de 2025, causó un gran revuelo mediático. Su descenso hasta el puesto número cinco y su posterior elección por parte de los Utah Jazz fue un auténtico drama, ya que previamente había rechazado entrenar con ellos y había expresado abiertamente su preferencia por ir a los Washington Wizards.
El responsable de esa caída parece tener nombre y apellido: Omar Cooper, su ya exrepresentante, con quien Bailey rompió de forma fulminante tras semanas de rumores sobre una mala gestión previa al draft. Lo que parecía un plan estratégico para posicionarlo en un mercado grande se convirtió en una pesadilla profesional que dejó su reputación por los suelos y su carrera en entredicho antes incluso de debutar.

Del rechazo a Utah al arrepentimiento público: Bailey cambia el discurso
Según fuentes cercanas a la organización, Bailey ha pedido disculpas privadas al cuerpo técnico de Utah Jazz, reconociendo que su actitud previa al draft fue “poco madura” y que acepta el reto de consolidarse en Salt Lake City. Este cambio radical llega tras su decisión de despedir a Cooper, quien no solo fue acusado de manipular su proceso de selección, sino también de actuar sin la certificación oficial de la NBPA (Asociación de Jugadores de la NBA).
El caso Cooper escaló rápidamente cuando se descubrió que había intentado incluir a su propio hijo, Omar Cooper Jr., en el staff técnico de la Summer League de Utah como entrenador invitado, un movimiento que la liga frenó de inmediato por considerarlo un conflicto de intereses. A partir de ahí, la relación entre jugador y representante se deterioró hasta el punto de ruptura total. Ahora, Bailey quiere empezar de cero, y lo hace enviando señales claras de compromiso. Todo apunta a un intento consciente de lavar su imagen y demostrar que su prioridad es el baloncesto, no el drama mediático.

Utah Jazz, el escenario inesperado para su redención deportiva
A pesar del ruido mediático, los Utah Jazz han decidido apostar por el talento y dejar atrás las polémicas. La franquicia confía en que Bailey se convierta en una pieza esencial del nuevo núcleo joven, junto a Keyonte George e Isaiah Collier, dos nombres que también representan el futuro inmediato del equipo.
Los entrenadores del conjunto de Salt Lake City ven en Bailey un potencial dos vías de élite, capaz de marcar las diferencias tanto en ataque como en defensa. Su físico, su agresividad ofensiva y su capacidad para crear desde el bote lo convierten en un diamante que, bien pulido, podría ser la nueva cara de la reconstrucción de Utah. Sin embargo, no todo será fácil. Dentro del vestuario hay voces que aún desconfían de su compromiso tras sus comentarios previos, y el propio Will Hardy, entrenador jefe, le ha dejado claro que la redención solo llegará con trabajo diario y resultados visibles.