El Barça debe de estar profundamente preocupado por la posible salida de un nuevo jugador con dirección al Paris Saint-Germain. Después de Ousmane Dembélé, Nasser Al-Khelaïfi tiene en mente asestar un nuevo golpe letal y definitivo a Joan Laporta, y llevarse a un crack que se ha convertido en una obsesión para Luis Enrique, y al cual esperan convencer a base de talonario. Es decir, tal y como han hecho con el campeón del Mundial de Rusia.

Pese a que solamente unos días antes de anunciarse su marcha del Camp Nou reiteró el compromiso total que tenía con el proyecto de Xavi Hernández, no pudo rechazar la oferta económica que le presentaron desde el Parque de los Príncipes. Porque pasará a ser uno de los mejores pagados del vestuario, percibiendo 20 millones de euros netos anuales, es decir, más del doble de lo que se embolsa en estos momentos. Unas cifras que Mateu Alemany y Deco no han podido igualar.

Y ahora, los campeones de la Ligue1 esperan repetir la fórmula, y que tenga el mismo éxito, con Pablo Páez ‘Gavi’. También es un pilar fundamental en los esquemas del entrenador catalán, y por fin puede tener ficha y dorsal del primer equipo a partir de este curso, gracias a que han conseguido inscribirlo en La Liga. Es decir, que está blindado a largo plazo, y con una cláusula de rescisión prohibitiva, asegurándose su continuidad durante mucho tiempo.

No obstante, el PSG quiere romper este matrimonio, y desea tentar al internacional español, una petición personal de Luis Enrique, con un sueldo astronómico, muy similar al de Dembélé. Concretamente, le ofrecen 16 ‘kilos’ limpios por cada una de las cinco temporadas que firmaría, lo que haría un total de 80, en caso de respetar el vínculo que firmaría. Sin duda, es una propuesta que debe de provocar dudas al mediocentro de solamente 19 años.

Lo único que puede hacer Laporta es cruzar los dedos para que el ex del Betis se mantenga fiel al Barça, y priorice la felicidad antes que el aspecto financiero.

Luis Enrique quiere aprovecharse de la crisis del Barça

El plan del PSG es esperar a Gavi hasta 2024, y en ese momento lanzarse a por su fichaje, aprovechando la crisis económica del Barça, que puede provocar que tengan que realizar una venta millonaria, para reducir la deuda tan elevada que tienen.

Luis Enrique suspira por volver a trabajar con él.