Convertir la afición literaria en un empleo profesional estable en el sector del libro. ¿Es este un camino difícil para los jóvenes que están interesados? ¿Cómo es la transición hacia el mundo de la literatura profesional en Catalunya? ¿Cuáles son los obstáculos? ¿Y cómo afecta a la precariedad general que a menudo forma parte especialmente del mundo de la cultura? Estas son algunas de las preguntas que la jornada profesional Els oficis del llibre, organizada por Tramoia Cultura, puso sobre la mesa el pasado viernes. Más de un centenar de jóvenes se reunieron en la Biblioteca Gabriel García Márquez de Barcelona para participar en un acontecimiento que desde hacía días tenía las plazas agotadas. Participaron escritores, editores, traductores y periodistas del mundo literario de nuestro país, que dieron su visión y consejos, a los jóvenes participantes.
El acontecimiento programó charlas, mesas redondas y espacios de intercambio entre los asistentes y los protagonistas del sector, que dirigieron todos los ámbitos del mundo, del libro. Se debatieron las dinámicas de la comunicación de prensa, la difusión de contenidos culturales y literarios en los medios o las diversas tareas y el trabajo de los editores con las obras, entre otros, con nombres como Anna Guitart, Martí Sales, Irene Pujadas o Eugènia Broggi. Hemos hablado con algunos de ellos de los caminos de acceso en el sector, de su nivel de profesionalización, a menudo insuficiente, y de sus retos de futuro.
Un acceso lento
La editora Eugènia Broggi, que fundó la Altra Editorial el año 2014, es clara hablando de su ámbito: "el mundo editorial es bastante inaccesible, es muy difícil encontrar trabajo". Antes de poner en marcha este proyecto independiente, Broggi había trabajado tanto de librera en el extranjero, como de lectora editorial y como editora en los sellos Empúries o Labutxaca, ambos del Grupo 62.
El mundo editorial es bastante inaccesible, es muy difícil encontrar trabajo
Es precisamente este camino progresivo que señala como una de las vías más convenientes a la hora de acceder al mundo del libro: "yo recomiendo combinar un trabajo de librero, que te permite un sueldo mínimo y estable y que es un trabajo cansado, pero te enseña muchas cosas, con otros empleos: informes de lecturas, correcciones...", afirma. "Son cosas precarias, pero que combinadas con un empleo estable te sirve y vas adelantando", explica. Broggi ha participado en la charla 'Cómo se publica un libro?', en compañía de la editora de Ara Llibres Aissata M'ballo y la agente literaria Marta González.
Precisamente 'precariedad' es una de las palabras más presentes en las conversaciones. Lo utiliza la librera Carlota Freixenet, una de las socias fundadoras de la librería La Carbonera, para hablar de lo que ve como una constante en este mundo. "Para dedicarte al mundo de la cultura tienes que asumir un nivel de precariedad que no es habitual en otros sectores", explica, y se pone a ella misma como ejemplo, a la vez que alerta de que "hay una cuestión económica y de clase muy importante" como sesgo de entrada.
Para dedicarte al mundo de la cultura tienes que asumir un nivel de precariedad que no es habitual en otros sectores
Freixenet puso en marcha el proyecto de La Carbonera el año 2017, conjuntamente con otro socio. Antes, había trabajado durante años haciendo trabajos diversos, también en el sector editorial, como la de correctora. Se dedica a la librería desde aquel "salto al vacío", como califica la apuesta, aunque habla de dificultades económicas y de sueldos de mileurista. "Me destroza decir que se acaban dedicando a esto niños ricos", dice, "eso nos tendría que preocupar como país".
Solo un 15,05% de escritores y traductores en lengua catalana pueden vivir de su trabajo
En la cuestión de la precariedad, aporta datos el escritor Sebastià Portell, finalista del último Premi Òmnium de novela y que también ejerce como presidente de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC). Portell participó en uno de los actos de la jornada, que invitaba a los participantes a reunirse con profesionales de todos los ámbitos del mundo del libro para compartir un café e inquietudes y dudas. "El último estudio Escriure en català del AELC, del 2014, dice que solo un 15,05% de escritores y traductores en lengua catalana pueden vivir de su trabajo", explica. "Y eso no solo quiere decir de derechos de autor, sino de trabajos vinculados a la literatura: de docencia, de conferencias, de talleres, de gestión cultural, de festivales...", añade. El escritor explica que desde el AELC tienen en marcha una nueva edición del estudio, que verá la luz el próximo otoño y que quiere servir para hacer un nuevo balance del estado de la profesionalización en el mundo del libro. Mientras no haya nuevos datos, señala la necesidad de "desromantitzar" los trabajos creativos, como la de escritor o traductor, para verlas como un oficio propiamente dicho.
Es precisamente este concepto que también utiliza a Freixenet, todo y que para llevarlo hasta una conclusión diferente. La librera coincide en qué idealizar los oficios del libro es "un problema muy grande", pero lo relaciona con la necesidad "de que los adultos que nos dedicamos no pidamos las cosas gratis". Habla sobre la sensación que el mundo cultural trabaje con unas normas diferentes del resto de proyectos empresariales, una idea que sobrevuela muchas de las conversaciones sobre la profesionalización del sector. "Estoy hasta las narices de pedir perdón y de dar pena por vender libros", afirma, "que la gente venga a la librería porque quiere, no porque tenga la sensación que está haciendo una obra de caridad".
¿Precariedad inevitable?
¿Es posible, pues, evitar la precariedad y convertir el acceso al sector del libro sin este filtro? Esta parece una de las preguntas clave, que va de la mano de la necesidad de que los jóvenes interesados puedan recibir información de calidad sobre sus posibilidades profesionales y sean capaces de visualizarlas y conocerlas bien. O en otras palabras, que conozcan todo el abanico de empleos, que va mucho más allá de las de escritor y editor, seguramente las más conocidas.
Hacen falta más becas, más instituciones que las den, que se animen a llevar a cabo su responsabilidad social, que es hacer que haya cultura
Para Portillo, que da algunas recetas, las dificultades económicas se pueden superar. El escritor señala que hacen falta más herramientas de profesionalización, ya vengan del ámbito público o el privado: "más becas, más instituciones que las den, que se animen a llevar a cabo su responsabilidad social, que es hacer que haya cultura" o también una red de festivales y acontecimientos literarios potente son algunas de las propuestas que da.
Sin embargo, apunta a otro aspecto clave, para que los creadores puedan vivir de su profesión: ampliar el público lector en catalán. "Tenemos una oferta cualitativa correcta, pero nos faltan más lectores", defensa Portillo. Responde indirectamente a Freixenet desde su experiencia en los clubs de lectura de La Carbonera: "la gente en época universitaria no lee, para nosotros es un agujero", explica, "dejan de leer porque están leyendo académicamente y cuando acaban la carrera se vuelven a reenganchar".
Tenemos una oferta cualitativa correcta, pero nos faltan más lectores en catalán
Tanto Broggi, como Portillo y Freixenet coinciden en la necesidad de fortalecer la relación entre los jóvenes que están interesados en el mundo de la literatura y su contraparte, un vínculo que tienen la sensación que se ha explotado poco en nuestro país. Ahora mismo los índices de lectura revelan que aquella edad maldita que eran los 13 en que todos teníamos integrado que los jóvenes dejaban de leer ha cambiado. Y son los jóvenes y adolescentes que salvan la media de lectura en el conjunto de la sociedad", recuerda Portell.
La puerta de los Másters y Posgrados
La jornada Els oficis del llibre también contó con la presencia del amplio abanico de Másters y Posgrados que ofrecen las universidades catalanas y que tienen que ver con el sector. En total son prácticamente una decena, que ofrecen titulaciones que tienen que ver con la edición, como el Máster en Edición Digital de la UOC, o el Máster en Edición de la UPF-BSM, con el negocio librero, como el Posgrado en Librería de la UB, pero también otros campos, como el Máster en Periodismo Literario de la UAB o el Máster en Creación Literaria de la UPF.
Se trata de programas que han proliferado sobre todo en las últimas dos décadas y que ofrecen un alto grado de especialización. Los Másters, a pesar de que no imprescindibles, son otra de las vías de entrada al mundo profesional, sobre todo a través de las prácticas y en el caso de las empresas y grandes grupos del sector. Con respecto a los proyectos más pequeños, a menudo les resulta más difícil ofrecer remuneración, como es el caso de La Carbonera, tal como explica Freixenet. En conjunto, sin embargo, constituyen otro eslabón del engranaje, que, como la jornada, también acerca el interés a la literatura con sus posibilidades profesionales.