La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) es una de las universidades españolas con mayor número de indicadores de mayor rendimiento (un total de 24), según el Ranking de la Fundación CYD, que analiza 22 ámbitos de conocimiento y 2.235 titulaciones, y en el que participan las 50 universidades públicas españolas y 32 privadas. 

La UAB comparte el liderazgo del ranking con la Universidad de Navarra (UNAV), y también aparecen otras Universidades catalanas como la Universitat Pompeu Fabra (23 indicadores de mayor rendimiento), las de Girona, Barcelona (19), Rovira i Virgill, Ramon Llull y la Politécnica de Catalunya.

A nivel estatal, destacan la Universidad Carlos III de Madrid (21), la Autónoma de Madrid y Deusto (con 20 cada una), la Pontificia de Comillas y Mondragon Unibertsitatea (con 18 cada una), la Valencia-Estudi General (14) y Politécnica de Valencia (13), que obtiene el mismo número de indicadores de mayor rendimiento que la Politècnica de Madrid.

De las 15 universidades mejor situadas en esta clasificación, diez son públicas y cinco privadas, y todas se reparten en cinco comunidades autónomas: Catalunya, Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra y País Vasco

Del ranking se desprende que las universidades con menor rendimiento relativo --es decir, aquellas que tienen más indicadores en el grupo de menor rendimiento--, se encuentran la Universidade Da Coruña, la Politécnica de Cartagena, Valladolid, Jaén y Las Palmas de Gran Canaria.

"No podemos ni queremos responder a la pregunta de qué universidad es mejor, porque no se puede dar una respuesta unidimensional", ha explicado el director del ranking, Martí Parellada, durante la presentación este miércoles de los resultados, que tienen por objetivo que "sirva para la gestión de las universidades y orientar su actividad con la máxima información posible", según Parellada.

Por su parte, el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Solé, ha destacado que las universidades españolas han "resistido" tras años de falta de recursos financieros. "En un momento determinado en el que han caído los recursos de la universidad y ha habido normas como la imposibilidad de la sustitución del profesorado, en esta situación lo razonable es que la universidad hubiera ido para atrás de forma notable", ha subrayado Solé, apuntando que junto al aumento de financiación, la mejora de la autonomía de las universidades podrían mejorar sus rendimientos.