De todas las poblaciones que han habitado en Catalunya quizás la más desconocida son los íberos. Con el fin de dar a conocer el rico patrimonio arqueológico que pervive de esta cultura, hace años que funciona la Ruta de los Íberos, que coordina una serie de localidades que tienen patrimonio íbero y que intenta articular iniciativas conjuntas. Una de las acatividades centrales de la Ruta de los Íberos es el Cap de Setmana Ibèric, que este año se celebrará el fin de semana del 1 y 2 de octubre y que tendrá como hilo conductor los mercados ibéricos con el lema "Hoy hay mercado".

Un centenar de actividades

El Cap de Setmana Ibèric está organizado por el Museu d' Arqueologia de Catalunya y la Agència Catalana del Patrimonio Cultural e intenta ofrecer paquetes turísticos que combinen el visionado del patrimonio arquitectónico con otros placeres: la literatura, la gastonomia... Un intento de aproximarse a los íberos de forma lúdica. En total es presenten 17 rutas por 9 zonas diferentes. Hay algunas en globo aerostático, otras en bicicleta, en bicicleta eléctrica, a caballo, a pie, en golondrina... Algunas se completan con degustaciones (de vino, de aceite, de chocolate, de mejillones...), con inmersiones con aguas termales, con deportes de aventura acuáticos... Hay las que se combinan con paseos por jardines noucentistas, e incluso hay una, por parejas, de un curioso romanticismo, que prevé pasar la noche en una cabaña de pastor. Paralelamente, la Ruta de los Íberos ha encargado la redacción de una serie de guías sobre los diferentes pueblos íberos, redactadas por periodistas interesados en el tema, que pretenden combinar los atractivos arqueológicos de cada zona con los paisajísticos, gastronómicos, literarios... Estas guías, a pesar de todo, no estarán disponibles para este Cap de Setmana Ibèric, pero sí para el del año que viene.

Puig Castellar: la torre de vigía del Besòs

La presentación oficial del Cap de Setmana Ibèric se ha hecho en un antiguo poblado ibérico situado en Santa Coloma. Muchos habrán visto el lugar pasando en coche por la Meridiana; pocos, en cambio, conocen los secretos históricos que oculta. Detrás del barrio de Singuerlin, en el punto más alto de la cordillera de Marina, se encuentra el yacimiento de Puig Castellar. Un antiguo poblado ibérico fortificado, formado por un centenar de pequeñas casitas, en el qué podrían haber vivido unas 300 personas. El lugar tiene una vista impresionante, tanto sobre el litoral y el mar como sobre el Vallès. En realidad, se cree que los ibéricos colocaban sus poblados fortificados en estas zonas muy elevadas para poder comunicarse entre ellos. Desde Puig Castellar se ve perfectamente el emplazamiento de siete pueblos ibéricos más, todos situados en zonas muy elevadas (en Montjuïc, en Montcada...). Se cree que los íberos se comunicaban de pueblo en pueblo con espejos o con otro tipos de señales. Probablemente el poblado de Puig Castellar servía a los íberos para controlar la desembocadura del Besòs.

Escritura ibérica

Imaginar a los íberos

El yacimiento de Puig Castellar, conocido desde principios del siglo XX, ha sido objeto de muchos trabajos arqueológicos. Actualmente, cada año se hacen trabajos. Gracias a eso el yacimiento es visitable y podemos ver el perímetro del pueblo casi completo. Sólo se conservan las piedras de los niveles más bajos, probablemente porque las casas sólo tenían piedra en sus zócalos, que se completaban con muros de adobe y techos de barro y paja. El visitante puede pasear por la calle central del antiguo poblado, en torno al cual se ubicaban las casas, adaptándose a los desniveles. Hay algunas placas explicativas del yacimiento en varios puntos, pero en conjunto el aspecto museístico del yacimiento es un poco deficiente, y para el no iniciado es difícil hacerse una idea de la sociedad ibérica a partir de los restos del poblado. Para eso se recomienda completar el paseo con una visita al Museu de la Torre Balldovina, en Santa Coloma, donde se exponen materiales ibéricos de las excavaciones locales con explicaciones mucho más completas.

Los íberos

Los íberos eran un pueblo que conocía la forja de hierro y de bronce. Y que a menudo lo usaban con objetivos militares. Se han conservado numerosas armas: dardos, espadas, lanzas, puntas de flecha... Se supone que la élite militar usaba caballos. Pero no todo era lucha entre los íberos. En los yacimientos ibéricos se han encontrado restos de cerámica de Ibiza, de Cartago, de Málaga, de Toscana, de Atenas, y eso pone de manifiesto un alto número de intercambios comerciales. Los íberos se dividían en una decena de pueblos (las anteriormente renombres "tribus"), y la que ocupaba el Pla de Barcelona eran los layetanos. Desarrollaron una escritura, que solían escribir sobre unas tabletas de metal: hoy en día conocemos el significado de los diferentes símbolos del alfabeto íbero, pero no se ha podido, todavía, traducir sus textos.

Dar a conocer a los íberos

Sabemos muchas cosas del hombre de las cavernas, nos imaginamos de forma bastante aproximada cómo eran los romanos, tenemos numerosos referentes sobre el mundo medieval... Pero para la mayoría de los ciudadanos los íberos no forman parte de su imaginario: los estudiaron a la escuela y cuando crecieron los olvidaron. El Cap de Setmana Ibèric parte de la loable intención de dar a conocer esta población al público. Àlex Sussana, director de la Agencia Catalana del Patrimonio, denuncia que "la sociedad tiene una relación demasiado intermitente y demasiado superficial con su propio patrimonio" y apunta que esta actividad va destinada, justamente, a "mantener vivo el patrimonio" mediante el turismo. Los promotores reconocen que esta iniciativa llega, a la fuerza, a un número limitado de gente. Pero el problema grave no es sólo con que el número de gente sea limitado, sino que además, mucha gente nunca podrá apuntarse a estas actividades, porque van destinadas a público con un fuerte poder adquisitivo (hay iniciativas que cuestan 250 euros por persona). Evidentemente, a pesar de partir de instituciones públicas, excluyen a mucha gente. Para la mayoría de los catalanes, los íberos seguirán siendo una incógnita, quizás hasta el día que a alguien se le ocurra hacer una gran película o un videojuego sobre estos antepasados tan poco conocidos. Aquel día, probablemente, para muchos se les aclarará la incógnita de los íberos.

 

Yacimiento íbero La Fortalesa de Arbeca. Imagen cedida por la Generalitat de Catalunya.